sábado, 20 de junio de 2009

LA COMISION DE REFACCION DE TEMPLOS Y LAS CAMPANAS

Estando en funciones como Cura Vicario interino de la parroquia San Cipriano el Pbro. Fortunato de Orsi, quien había sido nombrado por el obispo Gelabert el 29 de abril de 1869, el gobierno provincial tomó la decisión de formar en todos los departamentos, comisiones que se encargaran de la necesaria y solicitada construcción y refacción de templos.

Así es que el 23 de agosto de 1872, el gobierno expide el decreto reglamentando la ley sobre este tema, creando en cada uno de los departamentos de la provincia una comisión de cinco vecinos y conformada por cada Jefe Político, el Cura Párroco y tres vecinos "de responsabilidad".

El decreto es comunicado a las comandancias respectivas, en el caso de la Villa del Diamante, era el coronel Valentín Gutiérrez quién cumplía el cargo de titular en la misma y es el que designa los tres ciudadanos que lo acompañarían junto al Párroco en constituir la comisión ordenada.

El 6 de setiembre, oficialmente se dan a conocer "Comisiones Colectoras de Fondos con destino a la construcción y refacción de templos, para colectar y administrar los fondos", correspondiendo a nuestro pueblo: el Jefe Político y el Cura Párroco nombrados, Demetrio García, el doctor Pedro Serrano y Francisco Acebal.

Con fecha 22, Valentín Gutiérrez eleva al ministro general de gobierno Dr. Ramón Febre la nota en la que informa: "Acuso recibo a la respetable nota de ese Ministerio General y del superior decreto a ella adjunto, por el que he sido nombrado para integrar la comisión colectora y administradora de los fondos para la construcción o refacción de templos".

Los otros integrantes eran: nuestro conocido Demetrio García, a quien he nombrado por haber sido en 1867 el Presidente de la Junta de Fomento de la Villa y a la vez protagonista de todo hecho destacado que sucedía.

El segundo vecino, el doctor Pedro Serrano, que luego de su actuación como médico del hospital militar instalado en Diamante con motivo del pasaje del ejército que marchaba hacia Caseros, lo tuvo residiendo acá durante un largo período. Instalado un tiempo de San Pedro (Prov. De Bs. As.) regresó al ser nombrado por segunda vez médico de policía a pedido de los vecinos en junio de ese 1872.

Y el restante integrante, don Francisco Acebal, cumplía funciones de Oficial 1º en la Jefatura secundando a Gutiérrez.

El doctor Serrano no aceptó el cargo, por lo que el 16 de octubre se publicó el decreto admitiendo su renuncia y se nombró en reemplazo a su sobrino político: Rudecindo Ruiz Moreno, Receptor de Rentas. Era esto el preludio del nuevo alejamiento del médico, pues en noviembre también renuncia de su cargo profesional en la policía.

Esta nueva designación fue recibida en la Jefatura Política y el 26 de octubre, Gutiérrez le hace saber al ministro Febre: "Acuso recibo a la respetable nota y decreto de ese Ministerio General del 16 del cte. por el que ha sido nombrado para integrar la comisión recolectora de fondos para la refacción del templo el ciudadano D. Rudecindo Ruiz Moreno por haber sido aceptada la renuncia hecha por el Dr. Pedro Serrano de miembro de la expresada comisión".

Comienza la tarea de reunir fondos entre la población, pues la idea era arreglar los revoques y pintar el templo, como así proveerlo de campanas, pues las adquiridas en el momento de su construcción y traídas en enero de 1851, ya en 1855 estaban bastante deterioradas, por lo que fue necesario realizarle una serie de reparaciones, como arreglarle el eje a una y colocarle el badajo a otra que le faltaba, y que luego en el inventario elevado a Paraná en 1858 estaban ya inservibles y obsoletas.

Pero la actividad de la comisión se ve interrumpida por la revolución jordanista del 1º de mayo de 1873, que obliga al cambio de las autoridades intervinientes. Gutiérrez deja el cargo de Jefe Político a raíz de la asonada y en la cual queda herido, retomado el control de la villa es Ruiz Moreno quien interinamente se hace cargo de la jefatura, para luego asumir el otro miembro de la comisión: Francisco Acebal.

En ese ínterin, también cambió el Cura Párroco, ya que el 2 de octubre llega el Pbro. Luis Parente, quién estuvo menos de dos años, siendo relevado el 2 de julio de 1875 por el Pbro. Pedro Anglada.

Durante el año 1874 se mandó fundir una campana. Lamentablemente no ha quedado registrado quien fue la casa que realizó el citado trabajo, pero lo que sí es indudablemente no cubrió las expectativas de la comisión, pues el material empleado no fue el más apropiado y además no se usó bronce o en muy poca proporción; por eso las otras dos campanas fueron mandadas a fundir a Rosario a la casa Tomás Estodart y Cía. Fundición Argentina.

Esta primer campana, que en la actualidad es la de las tres ubicada a la derecha (al Oeste) del viejo campanario, tiene la particularidad que el año de fundición en relieve que ostenta (1874) el 4 está invertido, detalle no muy fácil de observar, pues ese lado es que da hacia la calle y no he tenido referencias de su mención, como así la firma "Nicola" que ha quedado grabado en un "manchón" de soldadura de alguien que seguramente trató de remendarla, pues es la que está deteriorada.

También con respecto a esta campana no he encontrado testimonio si fue usada inmediatamente, lo cierto es que es evidente la diferencia de estado con las otras.

El P. Anglada dejó el cargo de Cura, por lo que el 23 de mayo de 1877, el Presidente de la Corporación Municipal indicó en sesión de municipales que era conveniente dirigir una nota al Sr. Obispo, solicitando que se provea un párroco a la localidad, porque el Curato estaba vacante. El designado para ocuparlo y que llega en pocos días es el Pbro. Gregorio González Echavarri

El gasto que importó estas dos campanas superó las posibilidades de los fondos reunidos por la colecta popular, por lo que el 12 de diciembre de 1877 por nota del presidente de la comisión de mejoras de la Iglesia, que era ocupado por don Francisco Acebal dirigida al Presidente de la Municipalidad le solicitó "A nombre de la Comisión que presido de dirijo por intermedio de Ud. a esa Honorable Corporación solicitando se sirva suscribir con la suma de $ 34 bolivianos para el complemento del pago de la campana que se ha mandado fundir al Rosario y que en breve estar aquí para ser colocada en la Iglesia Parroquial.
Esta Comisión espera de la Honorable Municipalidad le acuerde dicha suma en atención al importante objeto a que es destinada, pues se han agotado los fondos con que contaba por las continuas erogaciones que las mejoras del templo le han ocasionado".

Esta nota fue tratada en la sesión de la Corporación del día 26, siendo aprobada la solicitud y entregados los fondos para su pago, figurando en el correspondiente acta de la misma, en el folio 119 del Libro 1.

Esto permitió que las nuevas dos campanas llegaran a Diamante, y son las dos conocidas cuya inscripción ha sido tan divulgadas: Una dice: “A PESTE FAME, BELLO ET TEMPESTATI LIBERANO DOMINI - 1877."; en la otra dice: “TOMAS ESTODART Y CIA. FUNDICION ARGENTINA - ROSARIO - 1877" .

El 25 de marzo de 1878 en medio de un gran y entusiasta acto, se llevó a cabo la solemne bendición y colocación de las nuevas campanas.

En la práctica, pues no he encontrado datos que en que momento dejó de funcionar la comisión de refacción del templo, esto debió ser el broche de oro y culminación de su cometido, pues el templo siguió necesitando de mantenimiento del edificio, y al otro año en un párrafo de las memorias anuales del Jefe Político, en ese momento Sebastián Etchevehere, dice: "La Iglesia Parroquial necesita muchas refacciones y una comisión de señoras se encarga de recolectar fondos del vecindario del Departamento y en el mes pasado ha concluido su cometido dejando este santuario de la fe cristiana adornada preciosamente".

Como final de este trabajo, quiero desarrollar el porqué fue tenido por bastante tiempo como que las campanas fueron mandadas a colocar en al año 1854 por el general Urquiza, suceso que no ocurrió.

El libro y único documento que sirvió de base para fundamentar el hecho, es el "Crónicas Parroquiales", existente hoy en el archivo parroquial, que se creyó como el lugar donde se fue registrando cada uno de los hechos religiosos ocurridos con anotaciones del momento, ya que comienza con un bosquejo de cómo fue fundado Diamante en 1836 y luego sigue con la inauguración del templo en 1850, y así sucesivamente hasta llegar a período 1922/23, pero con un detalle que le hace perder rigor histórico: que todos estos datos están asentados con la misma letra, usando la misma lapicera y tinta, lo que demuestra que a falta en ese momento de antecedentes reales, el Cura Párroco plasma en ese libro y en un lapso de tiempo relativamente corto, lo que la tradición oral transmitía. Esto se fundamenta, no solamente por la simple observación de lo descripto, sino que recorriendo los archivos del Arzobispado de Paraná y el Archivo General de la Provincia, en lo relacionado a Asuntos Eclesiásticos, los informes elevados por los sucesivos párrocos hasta el año 1920 manifestaban la ausencia de toda documentación que indicara como fue fundada la iglesia y todo otro antecedente, hasta que aparece el mencionado libro. También el mismo libro de Crónicas, en el folio 8, está asentado la bendición de las nuevas campanas, lo que no fue advertido por Leoldo Yasú, quién transmitió todo esto en su libro Diamante, editado el 1936 para el centenario de la fundación de nuestra ciudad, y como luego más adelante relataría que además él se apoyó en la información que manejaba la familia Melo, incluso una de sus integrantes Nicandra, fundadora de la Liga Patriótica Argentina en nuestra localidad y de gran vocación urquicista, seguramente tratando de realzar la figura de nuestro prócer provinciano y al que tanto le debe Diamante en sus primeros tiempos, intervino indudablemente en la confección de esta historia, pues a partir de 1919 dio clase en la escuela parroquial y no descarto que intervino en la confección del citado libro

Más de una vez me pregunto si está bien dejar de lado esta antigua versión y que tanto sirve para la gente del área de turismo, y me respondo que lo hago con el convencimiento de que no soy poeta, sino investigador de nuestras raíces y como tal debo actuar. Además es un homenaje a nuestros antepasados locales, pues la compra de estas campanas fue la gran acción hecha con recursos de toda la población, ¿y a cuántos le habrá costado cooperar?, amén que fue la primera vez que se encaró en nuestro medio una obra pública sin ningún tipo de subsidio, sólo de la Corporación Municipal, pero con fondos genuinos de sus habitantes. Es mi opinión que el general Urquiza tiene muchos grandes méritos que le hicieron ganar el sitial que ostenta sin necesidad de inventarles otros.

Ricardo César Brumatti
Cronista Histórico de Diamante

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