sábado, 20 de junio de 2009

EL PROYECTO ORIGINAL DEL NUEVO TEMPLO PARROQUIAL

A pesar que desde 1872 hasta 1878 funcionó la comisión designada para realizar las mejoras en el templo, poniendo en condiciones el edificio -que según las crónicas de la época estaba bastante abandonado- y de proveerles las campanas que tanta falta hacían, pronto el local fue quedando chico para un pueblo que crecía en población y en fieles, que no sólo concurrían asiduamente a los actos religiosos, sino que habían formado distintos grupos como la Congregación del Sagrado Corazón y el Apostolado de la Oración en 1882, y posteriormente la Congregación de Hijas de María en 1891.

Observando los libros de Actas de estas instituciones y de la Corporación Municipal, como las memorias anuales de los Jefes Políticos, se aprecia que permanentemente tuvieron que realizar gastos en refacciones que eran bastante onerosas, lo que fue haciendo germinar la idea que era tiempo de construir un nuevo templo.

Ha quedado documentado en distintos momentos el tratamiento del tema, pero seguramente el mayor impulso lo tuvo en 1891 con el auspicio del presidente municipal don Antonio Hernández, cuando se tomó contacto con el arquitecto genovés Juan Bautista Arnaldi, notable proyectista que estaba cumpliendo una intensa tarea profesional en Buenos Aires y en el interior, y que entre otras, realizó en la región un conjunto de obras realmente trascendentes, como la Catedral de Paraná, y en Santa Fe la iglesia de Santo Domingo, la basílica de Guadalupe y la iglesia de Santo Tomé, donde se observa una concepción realmente talentosa, pensada hasta en los últimos detalles.

Se convino que realizara un proyecto, que éste desarrolló y lo entregó en 1895.

En medio de esto, a principios de 1898, el Pbro, José Antonio González presentó la renuncia del cargo de Cura Párroco de Diamante, con el fin de regresar a España, su país natal. Como entonces eran muy escasos los sacerdotes de la Diócesis de Entre Ríos, la Curia Eclesiástica confió a la Congregación del Verbo Divino el cuidado espiritual de la parroquia vacante, por lo que el 1º de mayo, por convenio celebrado entre el Obispado de Paraná y la Congregación del Verbo Divino y a pedido del prelado diocesano monseñor de la Lastra, se hizo cargo de la parroquia dicha Congregación, nombrándose en la fecha Cura Vicario al P. Ludgero Grütter.

Inmediatamente Grütter, acostumbrado a enfrentar la construcción de templos y capillas, gestionó llevar adelante el proyecto, logrando que el 4 de setiembre de 1899 se lo facultara para iniciarlo, realizándose el acto de colocación de la piedra fundamental e instituyéndose que fuera bajo el título de Nª Sra. de la Merced, advirtiendo al mismo tiempo “no es nuestro ánimo cambiar el patrono de la parroquia, que lo será siempre el glorioso San Cipriano Mártir".

Con motivo de este acto llevado a cabo el 16 de setiembre de 1899, se emitió una medalla conmemorativa al hecho. De un lado muestra una imagen del futuro templo con la inscripción "Piedra Fundamental de la Iglesia Parroquial del Diamante" -1899 -, del reverso muestra la imagen de la Virgen y la inscripción: "Virgen de la Merced - Ruega por nosotros".

Para fines de marzo del año siguiente se inauguró la primera parte de las obras del nuevo templo, que consistía en la sacristía, 6 metros del presbiterio y una parte de la nave central. Esto permitió que se comenzara a transformar la antigua iglesia en casa parroquial e invertir en esta obra la cantidad de $ 1.000.-
En setiembre de 1901 se reiniciaron las obras durante la gestión del P. Pedro Weber, ensanchándose el presbiterio, continuándose con la nave central y las laterales.

Recién en 1908 se iniciaron las obras de las dos bóvedas chicas, terminándose ya al otro año el revoque del antefrente de la Iglesia y la colocación del piso de mosaico y las gradas de mármol.

El tema económico obligó nuevamente a parar las obras, que se continuaron a fines de 1915 en la idea de terminar parcialmente el templo, o sea el presbiterio, crucero y cúpula, tal como era la idea original, tareas que estuvieron a cargo de los constructores Carlos Fogeler e Hijos, inaugurándose el 11 de febrero de 1917.


A partir de allí hubo varios amagues de continuar, pero el factor financiero pudo más que las aspiraciones de los fieles diamantinos.

En 1936 se constituyó una nueva Comisión Pro Templo que llevó adelante las gestiones para proseguir la obra, incluso se consiguió que la Municipalidad donara 50.000 ladrillos, aunque no se conseguía todos los medios necesarios.

Fue necesario que llegara el hombre que motorizó tal idea: el P. Jerónimo Schöenfeld, que se hizo cargo el 18 de febrero, y en poco tiempo comenzó a organizar todo lo relativo a las obras.

A pesar de haberse realizado conscripción de socios benefactores, colectas de todo tipo, kermeses, etc., para la recaudación de fondos, la única manera de hacer realidad la terminación del templo, fue modificar el proyecto original, angostándose el edificio eliminándose las naves laterales y haciendo un frente más sencillo, diseñado por Carlos Fogeler, elevando para la aprobación superior un nuevo proyecto.

Logrado esto, el 11 de marzo de 1946 se pudo por fin concretar el reinicio de los trabajos, poniéndose como meta terminarlos para el centenario de la apertura de los primeros libros de la Parroquia ocurrido el 9 de junio de 1850.

De esta manera, se cambió la idea original comenzada y desarrollada en la primer etapa y tenemos el actual templo parroquial.

Imagen: Fachada según el proyecto de 1895

Ricardo César Brumatti
Cronista Histórico de Diamante

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