sábado, 20 de junio de 2009

CENTENARIO DE LA COLOCACION DE LA PIEDRA FUNDAMENTAL Y CONSTRUCCION DEL TEMPLO PARROQUIAL

Publicado en "El Supremo" Nros 616, 618 y 622

Creo oportuno escribir sobre la construcción de nuestro templo, al cumplir éste la presente semana el centenario de la colocación de su piedra fundamental.

En los Nº 516 y 518 de "EL SUPREMO" desarrollé de que manera tuvimos el primero y que hoy sirve como casa parroquial, quedando como vestigio de la primer obra pública realizada en Diamante, construido como "Templo Provisional hasta tanto se construyera una iglesia". El crecimiento de la población y el paso de los años, produjeron que el citado edificio fuera quedando cada vez con más limitación para cumplir su finalidad, lo que motivó fuera unos de los temas tratado en cuanta reunión se hiciera por los allegados de las distintas comisiones y los fieles diamantinos.

Ha quedado registrado ya en 1891, la reunión de un grupo de vecinos, donde se estudiaron ideas que condujeran al ensanchamiento de la iglesia parroquial, contando con la presencia del entonces presidente municipal don Antonio Hernández.

Mantener en condiciones el edificio requería cada vez mayores esfuerzos, y gracias, por ejemplo, a la actividad de los miembros de la Congregación del Sagrado Corazón, que durante 1892 costearon refacciones abonando los servicios de albañiles, carpinteros, herreros y pintores, se lograba medianamente hacerlo. También en 1893 se pintó el frente, siendo los colores elegidos para los pilares y cornisas el blanco y el centro en amarillo claro.

Pero más allá de todos estos esfuerzos, no se encontraban ni estaban dadas las condiciones para encarar una obra que solucionara la carencia de un templo acorde a las necesidades de los fieles. Pero así mismo, en el año 1895 se encargó a Buenos Aires, la realización del proyecto para su construcción, que la llevó a cabo el arquitecto J. B. Arnaldi y del cual ha quedado una copia que aún hoy se conserva, pero que luego fue desechado.

Y acá es donde apareció el elemento que hacía falta. Se trató de la llegada el 12 de noviembre de 1895 al puerto de Diamante de las cuatro primeras Hermanas de la Congregación del Verbo Divino, enviadas con destino misional a Marienthal (hoy Valle María), lo que dio pie a que casi inmediatamente se planeara instalar también un colegio en Diamante. Así es que el 14 de setiembre de 1896, se elevó a la Corporación Municipal un acta de presentación de la Congregación, representada por el P. Gregorio Becker, solicitando terrenos apropiados para establecer dicho colegio para niñas y dirigidas por Hermanas de la Sociedad "Espíritu Santo", comprometiéndose dicha Institución a construir un edificio para 50 internas al principio, y en el término de tres años edificar un colegio según plano para 200 internas y externas, ofreciendo arreglar los terrenos que no ocupe con jardines. Posteriormente y por dictamen de la Comisión de Asuntos Generales debieron presentar el plano del edificio a construir.

Esta actuación es la que abrió dos puertas: la posibilidad que la nueva Congregación cubriera el Curato de Diamante, ya que desde Paraná se tropezaba con algunas dificultades para ello y la llegada de personal idóneo en realizar grandes construcciones.

Esto motivó que durante 1898, durante la gestión como Cura Párroco del Pbro. José Antonio González, quien elevó la renuncia al cargo con el fin de regresar a España, su país natal, y a través de un pedido del prelado diocesano monseñor de la Lastra, se llevara a cabo el 1º de mayo, un convenio entre el Obispado de Paraná y la Congregación del Verbo Divino, para que se hiciese cargo de la parroquia dicha Congregación, nombrándose en la fecha Cura Vicario al P. Ludgero Grütter.

Prácticamente al mismo tiempo se decidió llevar a cabo las dos grandes obras: el necesitado templo para cubrir las necesidades del pueblo y el proyectado colegio.

En setiembre de 1899 se facultó al P. Grütter a colocar la piedra fundamental y que el nuevo templo se construyera bajo el título de Nuestra Señora de las Mercedes, "...advirtiendo al mismo tiempo que al designar como titular del nuevo templo a la Santísima Virgen de la Merced, no es nuestro ánimo cambiar el patrono de la parroquia, que lo será siempre el glorioso San Cipriano Mártir..."

Dicho acto, como consta en el Libro de Crónicas Parroquiales, se llevó a cabo el día 16 como parte de las fiestas patronales de San Cipriano, a pesar que algunos autores lo dan como el día 24 para la fiesta de la Virgen, documentando este hecho material periodístico de la época. Por tal motivo se emitió una medalla conmemorativa al hecho. Esta muestra de un lado la imagen del futuro templo con la inscripción "Piedra Fundamental de la Iglesia Parroquial del Diamante" - 1899 - , y al reverso, la imagen de la Virgen y la inscripción: "Virgen de la Merced - Ruega por nosotros".

La obra avanzó rápidamente, y durante el año siguiente, el 25 de marzo se inauguró la primera parte del nuevo templo, que consistió en la sacristía, seis metros del presbiterio y una parte de la nave central.

El 19 de setiembre de 1900 se autorizó a P. Grütter a transformar la antigua iglesia en casa parroquial e invertir en esta obra la cantidad de $ 1.000.-

Al otro año, estando a cargo como Cura Párroco el P. Weber, en el mes de setiembre se reiniciaron las obras, ensanchándose el presbiterio y continuando la nave central.

El 3 de febrero de 1902 se dio principio a la construcción del colegio. El padre Bohne dirigió personalmente la obra, siendo autor del plano el padre Juan Beckert S.V.D., Arquitecto de la Congregación del Verbo Divino. Interpreto que Bohne también lo hizo con el Templo, pues no ha quedado registrado que haya intervenido algún tercero, y guardan las dos ciertas similitudes, de todas maneras es uno de los temas que seguimos buscando más detalles.

Durante 1907, se modificó el altar mayor y se pusieron altares provisorios en las naves laterales; en las fiestas patronales se bendijeron dos nuevas estatuas: las de San Cipriano y San Luis, para cuya adquisición fue muy apreciado el aporte de doña Gregoria Varela de Taquela. También tiene que ver en cuanto a la recaudación de fondos las comisiones de damas y caballeros Pro Templo con el establecimiento y funcionamiento en la Parroquia de un cinematógrafo, el primero registrado que funcionó en Diamante.

Al año siguiente se continuaron las tareas, construyéndose las dos bóvedas chicas; la primera la costeó la Sra. Gregoria Varela de Taquela y la otra, la firma comercial Francisco Airaldi Hnos.

En julio, la Comisión "Pro Templo" que seguía trabajando con todo ahínco, adquirió un piano para facilitar las fiestas a beneficio que se organizaban. Esto permitió que al año siguiente, al finalizar junio se terminara el revoque del antefrente de la Iglesia, la colocación del piso de mosaico y las gradas de mármol.

Durante la celebración del Jueves Santo de 1911, el 13 de abril, ocurrió un lamentable suceso al encenderse las velas de los fieles y las del monumento para la traslación del Santísimo Sacramento. Se produjo un incendio que destruyó todo el monumento y el altar provisorio. A raíz de esto se construyeron inmediatamente dos altares laterales, uno en honor del Sagrado Corazón costeado por el Apostolado de la Oración; y el otro en honor a la Virgen, costeado por las Hijas de María. También se colocaron en el mes de setiembre dos nuevos confesionarios y la nueva pila bautismal.

El 24 de febrero del año siguiente se colocaron los cuadros con las doce estaciones del Vía Crucis.

El 25 de mayo de 1914 se fundó la Liga Patriótica Argentina de Damas, con fines patrióticos y religiosos, siendo elegida su primer Presidente la Srta. Nicandra Melo, quien permaneció en el cargo durante 25 años. Esto renovó las actividades para la continuación de las obras, y el 13 de mayo de 1915 a instancias de ella, se reunieron varias de las comisiones para tratar la prosecución de las mismas, puesto que en días de lluvia se hacía dificultoso celebrar la misa en el altar mayor. La Comisión que tenía a cargo la tarea era la "Pro Templo", pero habían quedado sólo su Presidente y su Tesorera quienes entregaron los libros correspondientes al Cura Párroco, por lo que por iniciativa de la Liga Patriótica Argentina de Damas, se reunió en la Municipalidad un crecido número de vecinos con el objeto de intercambiar ideas sobre el tema. Se propuso la terminación parcial del templo, mencionándose el presbiterio, crucero y cúpula, tal como estaban empezados.

Enseguida, la citada Liga formó otra comisión, liderada por Nicandra Melo, con el objeto de recaudar los fondos necesarios. Al mismo tiempo se constituyó una Comisión de Caballeros, a la cual se le confirió la dirección de las obras proyectadas, estando la ejecución a cargo de los constructores Carlos Fogeler e Hijos.

Así es que se pudo cumplir con la etapa propuesta y en un solemne acto el 11 de febrero de 1917 se procedió a la inauguración de la etapa construida del templo. La ceremonia estuvo presidida por monseñor Tomás Dutari Rodríguez, actuando como padrinos el Dr. Leopoldo Melo y los señores Miguel Santillana, Santos Tachella y Luis Taquela. En carácter de madrinas de la piedra fundamental fueron designadas las señoras Gregoria Varela de Taquela, Guillerma G. de Santillana, Teolinda García y la Srta. Nicandra Melo.

Antes de fines de ese año, fue terminado el revoque exterior, quedando así concluida provisoriamente la obra.

El 4 de marzo de 1922, se ausentó de Diamante el P. José Nohescher para hacerse cargo de la capellanía de Crespo. El fue quien inició y dejó para la posteridad el Libro de Crónicas Parroquiales, mediante el cual trató de rescatar, seguramente y de acuerdo al estilo y conceptos empleados, apoyado por Nicandra Melo, los comienzos de la actividad parroquial en nuestro medio, lo que dio lugar a la divulgación de algunos hechos que no fueron reales, pero de gran valor histórico en cuanto a los sucesos que le fueron contemporáneos, ya que luego se continuó con el asiento de todo lo que fue ocurriendo.

En marzo de 1924 se le encomendó al notable artista Antonio Fasce arreglar el altar mayor, lo que efectuó "a completa satisfacción del vecindario". También pintó las tres escenas que aún hoy se conservan en la parte superior del fondo del templo. Las socias del Perpetuo Socorro mandaron adornar por el mismo pintor, el altar de la Virgen que ellas mantenían.

Al año siguiente, se colocó el piso de mosaicos del presbiterio de la Iglesia.
Durante 1926 se incorporaron al templo 14 bancos nuevos, mientras que la Srta. Nicandra Melo costeó la restauración de la estatua de Jesús Nazareno.

En 1927 se fundó el Boletín Parroquial "Eco Diamantino" que apareció durante tantos años, también se adquirieron las estatuas de la Virgen Dolorosa, de San Roque y Santa Teresita del Niño Jesús.

Al fundarse el 29 de junio de 1933 el Centro de Hombres Católicos, se impulsó nuevamente el propósito de continuar con la etapa final de la construcción del templo. A principios del siguiente mes, el Obispo Diocesano aprobó una nueva Comisión Pro Templo de Diamante, con el loable fin de conseguir la conveniente ampliación de la iglesia. Esta sentó las primeras bases; para que luego en 1936, al designarse otra que los relevó, que fue la que concretó los primeros avances, pues obtuvieron en julio del año siguiente con gran interés y apoyo por parte de las autoridades municipales, la donación de 50.000 ladrillos para ese fin.

Al hacerse cargo de la titularidad de la parroquia el P. Gerónimo Schöenfeld el 18 de febrero de 1940, se inició la construcción de la segunda parte del templo, desde la cúpula con las torres incluidas, dirigiendo la obra el constructor Fogeler. Lamentablemente se interrumpieron entre los años 1941 y 1945 por falta de fondos, sólo se consiguió recaudar para la construcción de la vereda y casa parroquial, colaborando en gran medida la Congregación del Sagrado Corazón.

Durante 1943 se publicó en el "Eco Diamantino" un artículo referido a la prosecución de las obras, donde explicaba que era un anhelo de todos ver cuanto antes terminado el templo parroquial y las obras vinculadas con el ministerio parroquial, pero que hasta el presente no se podía efectivizar debido a la indolencia de algunos, la falta de espíritu de los más, y decía que Dios para la realización de las obras exige el sacrificio de los suyos, porque quiere que los templos y obras de caridad social cristiana y demás obras parroquiales sean el exponente de la viva fe que impulsa al individuo a desprenderse de algo propio, para entregarlo, mejor dicho devolverlo a Dios. También insinuó dos formas de recolectar los fondos necesarios: Primero, formar una sociedad pro culto que rigiéndose por estatuto correría con la misión de la conscripción de socios que contribuyan mensualmente, y la otra, solicitar la contribución de todos los colonos de la parroquia con trigo y lino.

El 5 de febrero de 1944, se realizó la Asamblea de vecinos en la que se formó la Comisión "Pro Templo Parroquial". Después que expusiera el señor Cura Párroco el trabajo de incumbencia de la nueva comisión, se procedió a elegirla, imponiéndose como misión que la Comisión debía hacer uso efectivo del subsidio nacional otorgado para la iglesia y casa parroquial y solicitar la cooperación de los vecinos.

Durante el año 1945, se recibió el subsidio nacional de las Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación por la suma de $ 30.000.-, lo que permitió que una vez que se hicieran todos los aprestos, el 11 de marzo del año siguiente, se diera comienzo a los trabajos de ampliación. Comprendió la nave central y las dos torres, con un total de 23 metros de largo y 11 de ancho. Las torres fueron diseñadas con una altura de 39 metros.

El 11 de marzo de 1946, escribió el P. Schöenfeld: "esta fecha quedará grabado con letras de oro en los anales de la vida católica diamantina", pues se dieron comienzo a los trabajos para finalizar la iglesia parroquial. Y continuaba en otro párrafo: "…Faltan escasamente cuatro años para que se celebre el centenario de fecha tan memorable en que la filial de San Cipriano del Diamante ha sido elevada a categoría de Parroquia con los libros parroquiales propios y el Cura Párroco propio, que la Capilla construida por iniciativa del general Justo José de Urquiza haya merecido especial atención espiritual. El R.P. Pedro Weber con gran esfuerzo colocó la cúpula y el crucero por el año 1920 y Dios mediante esperamos que para el centenario de la Parroquia esté completamente terminado el nuevo templo.

En el mes de mayo, la Liga Patriótica Argentina donó para el piso del bautisterio que se levanta con el nuevo cuerpo del templo parroquial, los mármoles que pertenecieron a la Casa de la Confederación de Paraná, histórica por actuar en ella como Presidente el general Urquiza. También proyectó abocarse a la obra de completar el ornamento y decorado de ese recinto y hacer la donación de una nueva pila bautismal de mármol blanco, que reemplazara la anterior construida y donada por la familia Casinelli en 1869.

En julio, en asamblea de católicos convocada por el señor Cura Párroco en el despacho parroquial se procedió a realizar la elección de una nueva comisión Pro Templo, que como unas de las primeras acciones, propuso que se debía estudiar la forma de reunir los fondos necesarios para no entorpecer la buena marcha de la obra comenzada. A los pocos días, esta comisión trató el problema que se planteaba por el atraso que sufría el subsidio de la Nación y que pudiera originar el paro de las obras. Se consideró la urgente necesidad de recolectar fondos y materiales de construcción y se encomendó a que distintos miembros en compañía del Cura Párroco recorrieran el Ejido y Costa Grande para solicitar contribuciones.

En octubre, desde el "Eco Diamantino" se arengaba a la feligresía "…Una obra que es signo de fe y progreso. Imposible debe ser para todo católico diamantino, permanecer indiferente ante la gran obra de ampliación de la iglesia parroquial, que palmo a palmo se eleva en sólidos e imponentes muros, infundiendo la esperanza de que en un mañana no muy lejano, Diamante también tendrá un templo que armonice con su importancia, su constante progreso y la ingente fe de sus habitantes".

Asociado a esto, la Sociedad Liga Patriótica Argentina con verdadero optimismo, se arriesgó a la empresa de instalar un nuevo bautisterio, acudiendo a los sentimientos de sus asociados en demanda de apoyo.

Desde principios de 1947 se proyectó colocar el techo, con lo que terminaba el contrato con el constructor Fogeler. De éste, aún se restaba pagar $ 3.000, por lo que se estudió la forma de recaudarlos, y el temor que si "a esta suma se la quiere reunir con rifas y beneficios, pasará año y medio y se tendrá que parar la obra forzosamente. Hasta el momento no hay noticias de un nuevo subsidio de la Nación solicitado. El senador Vidal gestionó ante el senador Basaldúa, la inclusión en el presupuesto de una partida de $ 50.000, pero hasta el momento no hay novedad"

En octubre de 1947 falleció lamentablemente el constructor Fogeler, por lo que asumió la dirección de la obra don Luis Taggiasco, que a su vez abandonó la tarea cuando una torre estaba terminada, por lo que asumió como capataz el Sr. Planiscig y el padre Gerónimo como director.

En ese momento se comenzó la campaña de la chapa de zinc con destino al techo y se publicó la lista de las contribuciones para entusiasmar las adhesiones.

En 1948 se construyó la segunda torre y también continuaron los trabajos de revoque de las mismas.

Como debía procederse a construir las escaleras del interior de la torre, se hizo una campaña para obtener la donación de hierro redondo, proveniente por ejemplo de rejas antiguas.

Al año siguiente, el 23 de febrero, se comenzó la colocación de la cruz en la segunda torre, "con lo que se remató la construcción de las dos hermosas torres de un estilo arquitectónico de líneas soberbias dignas de admiración. Se ha terminado el trabajo en bruto, ahora sigue lo más delicado y más costoso: las aberturas, los revoques, las bóvedas y los adornos" comentaba el "Eco Diamantino".

A mediados de marzo de 1949, llegó el R. Hno. Meinrado de la Congregación del Verbo Divino, vastamente vinculado a varias grandes casas de comercio de Buenos Aires por sus constantes gestiones y compras al haber participado en la construcción de la Escuela Apostólica de Pilar (Bs. As.) Se ofreció a conseguir las chapas de zinc y el hierro perfil necesario y como había sido durante años carpintero en la escuela Apostólica de Villa Calzada expresó que se podrían hacer en aquella casa las aberturas. Con tan buenas perspectivas se trasladó a Buenos Aires el señor Cura Párroco en la semana del 2 al 7 de marzo y para satisfacción de todos, logró que todos los materiales para techar la iglesia fueran adquiridos, lo mismo que todas las puertas.

En el Eco Diamantino se publicaba: "El gasto ya se ha hecho y contraído el compromiso, ahora ¿quién solventará suma tan importante?. Por lo pronto ya se han comprometido a pagar la puerta cancel centro la Sra. Lucía C. de Spessotti, una puerta lateral la Srta. María Julia Varela, y otra la Srta. Goyita Varela, la Liga Patriótica una puerta del bautisterio y la Sra. Catalina R. de Tachella un vitreux del bautisterio. Quedan disponible 5 puertas. ¿No habrá alguna institución o persona de buen corazón que las desée donar?"

El 24 de noviembre de 1949 los primeros golpes resonaron a las cuadras anunciando a los que pasaban cerca de la Parroquia que había llegado el memorable día de la colocación del techo.

En 1950, la torre que da al Oeste tenía terminado también su revoque interno y la escalera de hormigón armado que conduce al coro de los cantores.

El P. Schöenfeld refiere en el Libro Inventario del Templo "que el costo total de las obras asciende a 115.000 pesos moneda nacional aproximadamente, que provienen de un subsidio de la Nación de $ 30.000 y el resto de donaciones de los fieles y beneficios realizados a tal objeto. Los trabajos no se han suspendido en ningún momento y siguen al presente con cuatro obreros al 22 de abril de 1950"

El 24 de julio de 1950, por la mañana se escucharon los primeros golpes que producía la caída de la pared provisoria que durante largos años custodió el Sagrario, pero que desde la fecha resultaba un obstáculo a la hermosura del templo. Los fieles que el domingo 30 cumplieron con su obligación dominical se encontraron con el divisorio derrumbado y una corriente de aire invernal que calaba los huesos.

Para las fiestas patronales de ese año, se había revocado la parte nueva de la nave central en su interior hasta la altura del cielorraso y parte del frente exterior; se habían colocados los ventanales, la puerta principal y las laterales confeccionadas en cedro.

El 8 de agosto de 1951, la Municipalidad de Diamante por Ordenanza Nº 58/51 asignó la suma de $ 3500.- a favor de la Iglesia "San Cipriano" para ser destinada a la adquisición del granito molido y portland para la fabricación del mosaico con destino al piso de la misma y de una placa a colocarse en la fachada de la misma con el nombre del gestor de esta plausible obra: el Rvdo. P. Jerónimo Schöenfeld a descubrirse en un acto de homenaje al indicado Padre.

Siguieron los trabajos, el templo fue adquiriendo su forma definitiva y en 1952 se terminó el revoque del interior. A los fondos disponibles, se sumó un legado del Pbro. Pujato consistente en $ 8.000, mientras que a mediados de ese año, se colocaron las bóvedas del bautisterio, de la nave central, entre la entrada principal y las puertas canceles, la bóveda superior sobre el coro, más un tramo de la nave central. Luego, de julio a octubre se siguió con las bóvedas en sus dos tramos de la nave central, retirándose los andamios a fines de ese último mes. Se colocaron las tres puertas cancel: la central y las dos "de van y ven", la puerta exterior de la torre Oeste y la puerta de comunicación del hall al despacho del Párroco.

En 1953, se colocó el piso de mármol en el bautisterio y en la otra torre. El mármol fue donado por la Liga Patriótica Argentina, la que pagó además $ 505 a los constructores. En octubre, por colecta popular se pagaron los mosaicos de la parte nueva, la colocación y arreglos de puertas.

En febrero de 1954, el Departamento Ejecutivo Municipal y el H.C.D. entregaron un subsidio de $ 8.000 para ser invertido en la pintura del interior del templo.

Durante 1956, en agosto se comenzó la colecta destinada a solventar la escalinata del templo, que recién se comenzó a principios de 1958.

De esta manera quedó concretada la gran obra, Diamante cuenta a partir de ese momento con su templo parroquial, y sin embargo la historia sigue, vendrían luego nuevos arreglos, la llegada de los sacerdotes del Clero Secular haciéndose cargo de la Parroquia, nuevas campanas, etc. que es tema para un próximo trabajo.
Ricardo César Brumatti
Cronista Histórico de Diamante

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