jueves, 16 de julio de 2009

COMANDANTES MILITARES Y JEFES POLITICOS DEL DIAMANTE 1832-1878


Publicado en:
Periódico El Supremo Nº 541 - 17-12-1998

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Hemos visto a través de varios de mis trabajos, que desde los momentos previos a la fundación, Diamante estuvo a cargo de comisionados militares que se ocupaban de los problemas de rutina de la comunidad y cumplían un papel principal en cuanto a detentar una fuerte autoridad y control de la zona, tal como lo signó la realidad de esa época. Esto se prolongaría hasta que nuestro pueblo consolidó su gobierno municipal en el año 1877, y aún un lapso más, en que fueron perdiendo su influencia por las transformaciones que se sucedieron en el marco institucional.

Cuando el 9 de febrero de 1822 el gobierno de la Provincia estableció por Ley, el Plan de División de los Departamentos de la provincia de Entre Ríos, en que para la mejor administración y gobierno de la misma, se dividió toda ella en dos Departamentos Principales: Principal Nº 1 del Paraná y el Principal Nº 2 del Uruguay, de los que cada uno tuvo cuatro Departamentos Subalternos. Se fijó para el Departamento Subalterno Nº 3 del 1º Principal, el área que comprendió desde el Paraná, Paraná abajo, hasta la barra del Nogoyá, y desde allí por sus fondos hasta las puntas de dicho Nogoyá, incluso el pago de Don Cristóbal. En esta jurisdicción, cuya capital fue Nogoyá, quedó incluida la zona de Punta Gorda y la Matanza (hoy Victoria).

Por tratarse Punta Gorda de un lugar tan estratégico, la comandancia del departamento destacó en varias oportunidades tropas al lugar, que con el tiempo se mantuvo en forma prácticamente permanente, y cuyo jefe cumplía además la función de Comisionado del lugar. He comentado en varios trabajos anteriores, que normalmente se lo trataba en los tantos documentos existentes de la época como "el encargado del celo de la costa", y me remitiré directamente al año 1832 cuando fue designado en el cargo el teniente Marcos Cuello, que permaneció hasta el momento de la fundación del pueblo de Diamante.

Ese año, en que fueron traídos los guaraníes para establecerse en Punta Gorda, por su organización disponían de un Alcalde, en ese momento Simón Cararú (que curiosamente en el listado de los emigrados fue anotado como Simón Paraguará), que se encargaba de todo lo relacionado con sus necesidades en coordinación con el Comisionado, lo que permitió evitar problemas que se podrían suscitar debido a las distintas culturas, idiomas, hábitos, etc.

El 27 de febrero de 1836 se fundó el pueblo de El Diamante. Ese cambio en la situación jurídica de la comunidad, significó el nombramiento de un integrante de las milicias con mayor grado, por lo que a los pocos días, el 11 de marzo, el Secretario de Estado del gobernador Echagüe, coronel Evaristo Carriego comunicó desde Paraná al teniente de milicias Marcos Cuello la designación del capitán Antonio Muñoz como encargado del punto.

Cuello quedó secundando al nuevo titular, haciéndose cargo en varias oportunidades al ausentarse el mismo (fallecería en Caa-Guazú en 1841). También aparece en escena en ese momento con el grado de Alférez, don Valentín Gutiérrez, que luego tendría, como veremos, una prolongada trayectoria en las milicias del departamento.

A fin de año, en nota ordenada por el gobernador Pascual Echagüe, pero firmada de orden y ausencia por Cayetano Romero, le comunicó a Cararú: "Con esta fecha ha nombrado el gobierno Alcalde de los Indígenas de ese Pueblo a don Antonio Araty en lugar de Ud. y se le da las gracias por el celo y actividad con que ha desempeñado durante el tiempo de su comisión". Aratí fue el último de sus semejantes que ostentaría dicho cargo y lo mantuvo el último tiempo prácticamente en forma simbólica, falleciendo en 1857.

Al otro año, el 15 de febrero fue ascendido Antonio Muñoz al grado de sargento mayor graduado, siendo su misión discontinua, por las diversas campañas que debió cumplir al mando del Escuadrón Diamante y la situación en que se vio envuelta la Provincia. Perdería la vida en la Batalla de India Muerta el 27 de marzo de 1845.

En su reemplazo, lo sucedieron a través del tiempo: Valentín Gutiérrez, que quedó a cargo del Escuadrón, y para las cuestiones administrativas con la figura de Comisionado; Marcelino Rodríguez, en la tarea que ya venía realizando desde 1844; para posteriormente hacerse caso el capitán Martín José Ruiz Moreno en 1846, que permanecería hasta julio de 1848, en que fue reemplazado. El general Urquiza, a través del gobernador delegado Crespo, nombró como Comandante Militar del Diamante a Luis Hernández y Ruiz Moreno pasó a ser el primer Capitán del recién habilitado puerto del lugar.

En enero de 1849, Hernández en la necesidad de reparar su salud viajó a Paraná y dejó en reemplazo en la comandancia a Gutiérrez, que continuaba con su cargo en las milicias del departamento y dependía del nombrado. En poco tiempo Hernández regresó y continuó en funciones.

Ya en otras ocasiones mencioné la actuación de Hernández en los acontecimientos de 1852 y los inconvenientes que le acarrearon, a raíz de los cuales el 7 de julio el ministro Luis F. de la Puente le comunicó la separación de su cargo, reemplazándolo en forma interina por el sargento mayor Marcos J. Cuesta, quién tomó posesión del cargo el 9.

Hernández fue indultado por Urquiza y volvió a hacerse cargo, pero al poco tiempo renunció retirándose a su establecimiento rural en la Ensenada. El 17 de noviembre entregó nuevamente la comandancia a Cuesta, dejando asentado "En el tiempo que ha ocupado el puesto que hoy deja, ha puesto su anhelo en el progreso de esta población, en todo lo que es honroso haber simpatizado con los deseos de su gobierno".

El 4 de febrero de 1854, el Gobierno de la Provincia resolvió que el capitán de caballería Bernardino Ramírez recibiera la Comandancia Militar del Diamante. El 7 Agulla informó “He recibido nota del 4 del cte. que ha sido nombrado con esa fecha el Capitán de Caballería don Bernardino Ramírez, Comandante Militar de este Dpto. en reemplazo del Sargento Mayor don Marcos Cuesta con la asignación mensual de $ 60.- que serán abonados por esta Caja".

Durante 1860, por ley quedaron suprimidas todas las jefaturas de policía, correspondiendo a partir de allí sus funciones y atribuciones a los jefes políticos de cada departamento, como representantes y agentes del Poder Ejecutivo, con facultades más amplias que los anteriores jefes de policía o comandantes militares. A raíz de esto, con fecha 1º de enero del año siguiente se nombraron Jefes Políticos en los Departamentos, confirmándose en Diamante a Bernardino Ramírez, que de esa manera continuó a cargo del nuestro.

Estuvo en funciones hasta el 11 de mayo de 1864, cuando elevó su renuncia al gobernador, fundamentando que "Razones imperiosas me hacen que con el acatamiento debido a V. E. haga la dimisión del cargo de Jefe Político del Departamento del Diamante, excusando al especificarlas, por lo que cuento con que las altas consideraciones de V. E. sabrán disculparme, por el recargo con que hace largos años estoy en servicio del Gobierno y de mi Patria, con menoscabo de mis intereses particulares y cuando sin exigencia hay muchos de mis compatriotas que precisan de una posesión.
A V. E. lo pido como una gracia, que mire mi solicitud con la justicia que merece".

Al reverso de la nota, el ministro general Sagastume, anotó: "Atentas las razones en que funda su renuncia el Jefe Político del Diamante, aceptarla para darle las gracias por los servicios prestados. Nómbrase para reemplazarlo al Coronel don Valentín Gutiérrez, expídasele el correspondiente decreto y archívase". El decreto lo firmó con fecha 20 el gobernador Domínguez y el ministro Sagastume por el que se aceptó la renuncia y se nombró el reemplazante.

Durante 1867, se formaría en Diamante una Junta de Fomento, cumpliéndose la Ley del gobierno provincial creándolas en toda la jurisdicción, expresando en su artículo 1º que “Mientras no se dicte ley orgánica de municipalidad, habrá en todas las ciudades y pueblos una Junta de Fomento compuesta por siete miembros, cuya elección será ordenada por la primera vez por el Poder Ejecutivo, y sucesivamente cuando las Juntas con arreglo a esta Ley, indiquen la necesidad de la elección de sus miembros”.

Definió esta ley como atribuciones de estas juntas, la administración de las escuelas públicas, de los hospitales, cementerios, alumbrado público y serenos, ornato y limpieza de las calles, veredas, caminos y puentes en el radio de los pueblos y sus ejidos.

Pero la influencia del Comandante, creo que fue tan manifiesta, que podemos apreciar que muy poco fue lo que pudo realizar y paulatinamente se fue diluyendo y no ha quedado documentado en que momento dejó de funcionar.

Valentín Gutiérrez desempeñó su función hasta que el 20 de noviembre de 1869, en que a causa de los problemas ocasionados por un tal Jacinto Muñoz, hombre de antecedentes criminales pero allegado al general Urquiza, en los que se vieron involucrados el ex secretario de la jefatura, Antonio Hernández y el yerno de Gutiérrez y en ese momento Secretario, Francisco Alvarez, en un hecho que terminó con la muerte del citado Muñoz, hecho que enojó a Urquiza, mandando que se presentara en San José el coronel Gutiérrez, llevándole preso al comisario Alvarez y la partida que había muerto a Jacinto Muñoz. Al mismo tiempo lo relevó al titular, ordenando "A fin de que esa Jefatura no quede acéfala, ordeno con esta fecha al comandante Ramírez pase a ese punto a ponerse a su frente, para que V. S. en el acto se ponga en camino para este Cuartel General en la forma que le dejo indicada".

Esto fue cumplido inmediatamente por Ramírez, retomando su anterior función. El día 20 éste le comunicó: “que ha recibido la nota de fecha 15 del presente en la que se determina que el infrascrito se haga cargo de la Jefatura de este Departamento hasta nueva resolución”.

Cuando se produjo el asesinato de Urquiza en abril de 1870, Ramírez fue avisado que también iba a ser víctima de la conspiración y salvó su vida viajando a Buenos Aires. El 25 de abril, Valentín Gutiérrez le hizo saber al nuevo Gobernador de la Provincia, general Ricardo López Jordán, que ese día se hizo cargo de la Jefatura Política del Departamento, la cual se hallaba interinamente a cargo del juez de paz Dionisio Rodríguez, por haberse "fugado" el comandante Bernardino Ramírez que era el titular. A su vez, Gutiérrez con fecha 4 de setiembre fue además nombrado jefe principal de las Milicias del Departamento.

Nuevamente le tocó a Gutiérrez, convivir con un gobierno civil, ya que a partir del 1º de enero de 1873 se instaló la primera Corporación Municipal, con miembros elegidos en elecciones y que nombraron el primer Presidente de la Municipalidad. Sin embargo poco durarían Gutiérrez y los municipales en sus cargos por los hechos de la revolución jordanista del 1º de mayo. Gutiérrez, herido, se refugió en Rosario, mientras que la comisión municipal dejó de funcionar de hecho y que no se volvería a reorganizar hasta 1877. Retomado el control del pueblo por las autoridades provinciales, quedó a cargo provisionalmente de la Jefatura don Rudecindo Ruiz Moreno (era el Receptor de Rentas), quién entregó el cargo el 1º de febrero de 1874 al designado Francisco Acebal, que hasta ese momento cumplía funciones de Oficial 1º de la Jefatura desde el 16 de agosto de 1871.

El 15 de abril de 1877 se organizó nuevamente la Corporación Municipal, haciéndose cargo de la administración de la villa, quedando el Jefe político con funciones más específicas de un jefe de policía.

Acebal fue promovido con fecha 27 de octubre de 1878 al grado de Sargento Mayor y continuó en el cargo hasta enero de año siguiente, cuando a raíz de los problemas suscitados en Diamante, tema para otro artículo, pasó a ponerse al frente de la Jefatura de Victoria, por lo que el Gobierno de la Provincia decretó el 2 de enero de 1879, el nombramiento como Jefe Político interino del Diamante al coronel Pedro Caminos. Este militar, con el antecedente de haber sido ayudante de Echagüe cuando era Capitán y en este momento Jefe Político de Victoria, estuvo en funciones hasta julio en que fue nombrado don Sebastián Etchevehere.

A partir de allí la Corporación Municipal se fue consolidando, ejerciendo el gobierno de nuestra comunidad.

Por Ricardo César Brumatti

Cronista Histórico de Diamante

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