sábado, 11 de julio de 2009

LA REINSTALACION DE LA CORPORACION MUNICIPAL EN 1877



Publicado en:
Parte I Periódico El Supremo Nº 561 - 18-03-1999
Parte II Periódico El Supremo Nº 563 - 25-03-1999

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Luego de la revolución jordanista, que en nuestro medio produjo el cese de la Corporación Municipal, y que como he desarrollado en El Supremo Nº 551 y 553, el 17 de junio de 1874 el ministro Febre pidió se reorganizase. Esto llevó a que se realice una consulta entre los vecinos por parte del jefe político Francisco Acebal, no encontrando el debido eco, motivando que el citado Jefe quedara a cargo del pueblo, mientras que los fondos municipales fueran manejados por el Receptor de Rentas Provinciales, en este momento Rudecindo Ruiz Moreno, con dependencia del primero, quien autorizaba las órdenes de pago.

La intención de normalizar indefectiblemente el gobierno municipal en Diamante, se materializa el 16 de octubre de 1876, cuando por decreto del gobierno provincial se convocó a elección de municipales para el domingo 3 de diciembre a nuestro departamento y al de La Paz.

Varios motivos llevaron a que, recién el 15 de abril de 1877 en una reunión en la sala de la casa destinada para las sesiones, se proceda a la solemne instalación de la Municipalidad, a cuyo objeto para cumplir con la Ley Orgánica presidió inicialmente el municipal titular Nereo Melo por ser el más anciano. Se aprobaron las elecciones practicadas y son designados oficialmente como Municipales: Titulares: Demetrio García, Nicolás Savagetto, Picasso, Agustín José Malespina, Santiago Hatt, Andrés Casinelli y Nereo Melo. Como Suplentes: Pascual Piantanida, Juan Fourquet, Pedro Canturria, Elías Gay, Cipriano Defagott, Lucas Aristimuño y José Fabre.

Luego se procedió a elegir el Presidente y el Vicepresidente por votación directa, resultando electo para el primer cargo Demetrio García y para Vice Nereo Melo. También se designaron para cumplir la función de Secretario a Felipe Basualdo y para Tesorero Rudecindo Ruiz Moreno.

Se realizaron las comunicaciones correspondientes, y el día 17 el receptor Ruiz Moreno le expresó por nota al nuevo Presidente de la Municipalidad: “Me es altamente satisfactorio avisar recibo de su nota de ayer, por la que se sirve comunicarme, que el día 15 del cte. ha sido instalada la municipalidad de esta Villa, habiendo sido nombrado Ud. como Presidente y Vicepresidente D. Nereo Melo, Felipe Basualdo como Secretario y el infrascripto Tesorero. En consecuencia pongo en conocimiento del señor Presidente, para que a la vez lo ponga en el de la Corporación, que el que firma tiene orden del Gobierno, hacer entrega de los fondos existentes en esta Receptoría, de su pertenencia, los mismos serán entregados tan pronto como se sirvan recibirlos”.

Al otro día, se realizó una sesión donde se trató como primer tema una nota del Ministerio de Hacienda de la Provincia recomendando se adoptaran las medidas de higiene pública a fin de evitar que se introduzca la fiebre amarilla. Se nombró una comisión constituida por dos miembros de la Comisión, que recayó en Malespina y Picasso y además con el Jefe de Policía, con el fin de realizar visitas domiciliarias y hacer cegar e inutilizar todos los pozos de agua estancada u otros focos de infección; además se debía solicitar el concurso del Jefe Policial a fin de matar a todos los perros que hayan sido mordidos por otros enfermos de hidrofobia.

Otro tema, el de la recaudación de la renta municipal, después de algunas observaciones, se aprobó un proyecto de Savagetto. Se estableció que la misma se debía percibir las dos terceras partes en metálico al tipo de la Ley Nacional de monedas y otra tercera parte en billetes de tesorería de la emisión menor que el gobierno deja en circulación.

Se autorizó al Presidente a gastar lo necesario en la compostura de muebles, construcción de un cuadro para colocar el mapa del Ejido y la compra de útiles para la secretaría y tesorería municipal.

Se decidió ocupar una persona para ordenanza y al mismo tiempo que atendiera el alumbrado público; y además se nombró celador de corrales a Rufino Albornoz.

El día 20 se trató la aceptación del cargo del tesorero designado Rudecindo Ruiz Moreno y la solicitud de parte del nombrado de un tiempo prudencial para presentar la fianza requerida por ley.

Se estudió también un proyecto de gastos y recursos para el año en curso, que comprendió en el primer rubro a un secretario, un tesorero, un ordenanza, un comisario inspector municipal, un celador de corrales, un guarda de cementerio, gastos de oficina, de limpieza pública, alumbrado, alquiler de una casa, subvención a las escuelas municipales, compostura de calles, plazas y caminos, impresiones, publicaciones y eventuales.

En el Cálculo de Recursos se consideró como entradas, las por derecho de basto, matadero, de marchamo, alumbrado, cementerio, rifas, parte del producto del remate de billetes de lotería, contraste de pesos y medidas, peaje, papel sellado, registro de títulos, venta de tierras, extracción de tierra, arena y piedra, derecho de canteras, multas, patentes de rodados y perros, marca del pan que se elaboraba y eventuales.

Se habló además de la necesidad de nombrar Alcaldes y Tenientes Alcaldes para el pueblo y el ejido y un guarda para el cementerio. Se acordó hacer propuestas para lo primero y en lo segundo fue nombrado Santiago Carranza.

En la sesión de la Corporación del 25 se concretaron los nombramientos de los mencionados Alcaldes y Tenientes Alcaldes, resultando designados en la Villa José María Deniz y Esteban Luto respectivamente. Para el Ejido Santiago Hatt y Victorino Pujato. En pocos días, al recibir la comunicación Deniz y Luto renunciaron y fueron nombrados en reemplazo Pedro Canturria y Juan Fourquet.

Para mejor tratamiento de las cuestiones municipales se procedió a nombrar una Comisión de Hacienda y Obras Públicas, que fue integrada por Casinelli, Hatt y Savagetto; y otra Comisión de Seguridad, Higiene y Educación, con los señores Melo, Malespina y Picasso.

Se observó también que el presupuesto no debía mandarse como estaba pues había algunas partidas que estaban muy bajas, así que era conveniente ser estudiado por la Comisión de Hacienda.

El día 27 se propuso como Medidor Público interino a José Malespina, quien a la vez era integrante de la Corporación.

En mayo se dictó el reglamento interno por la que debía regirse la Corporación. Por este se dispuso que la Municipalidad contaría con un Consejo de Administración, constituido por el Vicepresidente y dos de los Municipales, los que se nombrarían por mayoría de votos, que tendría el carácter de ejecutivo, debiendo entender y resolver por sí en los ramos que la Ley designaba, entendiéndose con las oficinas y comisiones que le estaban subordinadas.

En su Art. 2º expresaban que con la asistencia de cuatro de sus miembros, incluso el Presidente, podía entrar en sesión y que cuando deliberaba se lo consideraría "en Concejo". En su Art. 3º indicaba que las resoluciones generales llevarían el nombre de "Ordenanzas".

En esa sesión se trató el proyecto sobre la organización del Registro Civil, aprobándose en general y particular.

Respecto a ese tema, el día 20, se estatuyó por ordenanza que a partir del 1º de junio, todos los jefes de familias estaban obligados a dar cuenta de los nacimientos, matrimonios y fallecimientos. El Cura Párroco no debía celebrar ningún matrimonio, bautismo ni entierro de los habitantes del municipio que no fuera otorgado por ella. A partir de ese momento, la Secretaría de la Municipalidad llevó tres libros con estos datos hasta el 1º de diciembre de 1887, en que por ley se lo organizó definitivamente, nombrándose un jefe de oficina y un empleado administrativo, a pesar que siguió funcionando en el edificio municipal en tres oficinas cedidas al efecto.

Pasado este primer momento, a fines de mes, se produce una serie de renuncias y nombramientos, como la de Rudecindo Ruiz Moreno que elevó su dimisión al cargo de Tesorero de la Corporación por no ser posible desempeñarlo por más tiempo, siendo aceptada y nombrándose en reemplazo a Sebastián Etchevehere. También Nereo Melo al de municipal titular por razones de salud.

Se designó como Medidor Público efectivo a Bautista Perroni, mientras que Malespina, que ocupaba el cargo interinamente, renunció de municipal por haber sido nombrado Comisario Municipal y pasó a ser rentado.

En otro aspecto, se nombró un peón para el carro recolector de la basura recientemente comprado, quien amén de cumplir con esa tarea, debió encargarse del cuidado de los bueyes.

En la sesión del 8 de agosto se estatuyó la creación de una Escribanía Municipal, que debía ser atendida por un Escribano Público. La residencia de un profesional en nuestro medio, en la práctica se produjo recién en abril de 1888, al nombrarse por decreto a don Miguel Mascaró para ocupar la escribanía de número de esta ciudad, creada en febrero de 1876 y designada posteriormente con el Nº 28. Mientras tanto la función la cumplió alternativamente el Presidente de la Corporación o el Juez de Paz según las autorizaciones que se daban desde el gobierno provincial y que dio lugar en algunos casos a conflictos.

En lo que respecta a medidas sobre la organización del pueblo, en noviembre, el municipal Casinelli presentó un proyecto estableciendo por primera vez nombres a algunas de las calles y a la plaza principal, lo que se aprobó en la sesión del día 14, estatuyéndose lo siguiente: "Se designan con los siguientes nombres a las calles:
Norte a Sur: (Empezando por la que pasa por el telégrafo) Entre Ríos, San Martín, General Urquiza, Uruguay, Victoria, Paraná, Tucumán. Este a Oeste: (Empezando por la que pasa por la Receptoría de Rentas) Santa Fe, Comercio, Colón, América, Buenos Aires, Ituzaingó, Corrientes".

A la plaza principal se la denominó "Independencia", nombre que la acompañaría hasta 1950 cuando fue rebautizada con el nombre de "San Martín". Durante agosto de 1877 se trató el arreglo de la misma, proyectándose la construcción de dos diagonales, teniendo en cuenta una pared y gradas con piso de baldosas. Se sacó a licitación por propuestas cerradas la construcción de dichas diagonales y las gradas de entradas en la esquina Sudeste y Nordeste, con un cordón y pared de diez varas que afiance el terreno. En el centro de la plaza se debía construir otro camino semicírculo arreglado al plano confeccionado al efecto. Los caminos y gradas se harían en cordones, de medio ladrillo parado y asentado en cal, y en el centro de los caminos un poco abovedados y rellenados con una capa de cuatro pulgadas de espesor de "pedreguyo" bien pisado.

Los trabajos preparatorios fueron ejecutados por presos de la comisaría, a quien se le pagaba la comida, pero el 10 de octubre se presentaron las propuestas de Juan Bottazzini con la garantía de Pedro Caviglia comprometiéndose a realizar los trabajos de la plaza por doscientos veinticinco pesos bolivianos metálicos y la de Bautista Perroni con la garantía de Dionisio Rodríguez solicitando por sus trabajos doscientos cincuenta y dos pesos fuertes, agregando que si hay que sacar los postes existentes, sería por parte de la Municipalidad. Esta licitación fue ganada por Bottazzini. Luego se autorizó al Presidente de la Corporación a mandar a colocar en el centro de la plaza principal, un farol con la capacidad suficiente para dos o tres luces a kerosene.

Durante el año 1877, se nombró para guarda del cementerio a Santiago Carranza. Y hablando de este lugar, se recibió el plano realizado por el Departamento Topográfico de la Provincia, por lo que se mandó al Comisario Municipal a tomar las medidas, siendo éstas de 60 varas de frente por igual de fondo. El municipal Casinelli sostenía que el cementerio estaba muy cerca de la población y que siendo los terrenos de poco valor y que había que comprarlos, resolviéndose que se destinaba para cementerio el terreno de cuatro manzanas con sus calles o sean 174 varas de frente por 180 varas de fondo. Este es el solar situado donde luego funcionó la Escuela Urquiza en el barrio San Martín, hoy convertido en capilla. Ya en mayo se informó que “se trasladarán los restos del cementerio viejo al nuevo. Se avisará con tiempo al público a fin de evitar que los que tengan deudos allí, éstos no vayan al foso común y puedan sacarlos”.

Otros de los puntos sobre el que se legisló, fue sobre un proyecto presentado por el municipal Demetrio García sobre el registro de títulos de las propiedades del municipio. Se aprobó que desde ese momento todos los propietarios estaban obligados a registrarlos en la Secretaría Municipal en el término de seis meses, donde el Secretario llevaría un libro foliado para tal fin. Allí debía figurar el nombre del titular, su extensión, situación y sus linderos.

Además se estatuyó que todas las propiedades se debían edificar sobre las líneas de las calles y estaban obligados sus dueños a solicitar permiso a la Municipalidad. Los edificios que se construyeran en las esquinas de las manzanas, deberían hacerse con forma de ochava, cuya forma debía tener también las veredas. El ancho asignado a estas últimas fue de seis cuartas.

Al comenzar el año 1878, se procedió a la elección de autoridades de la Corporación. Fueron reelectos en sus cargos García y Melo.

En abril de 1878, se mandó a realizar los estudios para la construcción de un puente en el arroyo “de la Ensenada", en el éjido Norte, obra de suma necesidad. En poco tiempo gracias a la donación del gobierno de la provincia de Buenos Aires, fue colocado siendo el primero de la provincia en su género. El 29 de mayo se dio servicio público gratis para los pobladores de la Colonia Alvear y mediante un pequeño derecho para los transeúntes. Tenía una extensión de setenta metros por cinco de ancho, siendo su ubicación detrás de la ex estación del ferrocarril de Strobel y donde supo estar el puente provisorio luego de la caída del de la Virgen, mientras se construyó el actual.

En setiembre, Santiago Hatt elevó la renuncia a sus cargos de municipal y de Alcalde del Ejido, fundamentando que amen de tener múltiples ocupaciones, es conocido que no hablaba medianamente el castellano, agradeciendo haber sido elegido para ocupar el cargo en la Corporación.

Aproximándose la fecha de las elecciones para cambiar los miembros de la Corporación, en junio la actividad política local adquirió un gran entusiasmo, y apareció por primera vez en nuestro medio un "Club Político", llevó el nombre de "3 de Febrero" con el objeto de trabajar para llevar a la primera magistratura de la Provincia al coronel José Francisco Antelo". La Comisión fue integrada por: Presidente: Demetrio García, Vicepresidente 1º: Nereo Melo, Vicepresidente 2º: Pedro Alba, Secretario 1º: Sebastián Etchevehere, Secretario 2º: José María Ramírez, Tesorero: Felipe Basualdo, Vocales: Juan P. Alba, Dionisio Rodríguez, Pedro Mendoza, Federico Cortés, Juan Cabrera, Pedro Sandoval, Manuel Falcon, Pedro Veras, Gregorio Veras, José Soñéz, Galo Vivas, Adolfo Dachary, Dionisio Ríos, Esteban Zapata.

Entre otros adhirieron al club: Inocencio Jumilla, Antonio Puig, Silvestre Déniz, Fortunato Benitez, Pedro Almada y firmaron 230 ciudadanos más.

El 5 de noviembre por decreto del gobierno provincial se convocó a algunos departamentos a elecciones municipales para el día 1º de diciembre, entre ellos al de Diamante, donde se debían elegir cuatro titulares y cinco suplentes para hacerse cargo a partir del 1º de enero del año entrante. Esto es tema para otro artículo.

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