domingo, 19 de abril de 2009

LA ESCUELA QUE ESPERA SU VERDADERA IDENTIDAD




Por Ricardo César Brumatti
Historiador

Entre las tantas curiosidades que tiene la historia diamantina, seguramente la que llama la atención, es que la escuela con mayor antigüedad en la Ciudad, ha sufrido el peso del desconocimiento de su verdadera pasado y me refiero específicamente a la Escuela Nº 1 “Independencia”.

Su historia comenzó en 1849, cuando el gobierno provincial decidió la fundación de una red de escuelas públicas a todo lo largo y ancho de la provincia, centralizadas en su administración con la creación el 29 de agosto, de la Junta Directiva Central de Escuelas Primarias, editándose ese día el “Reglamento para las Escuelas de Primeras Letras de la Provincia”.

En el caso del flamante y nuevo departamento Diamante, se abrieron cuatro establecimientos: una en la Villa homónima a cargo del preceptor Valentín Zamora, y las otras en los distrito Palmar con el nombramiento de don José María Calderón, en Salto, a cargo del preceptor Baltazar Echagüe, y en Costa Grande, dirigida por Severo Uriarte.

De esta manera se imponía como objetivo principal llevar a cabo la enseñanza obligatoria y gratuita a todos los niños de seis a trece años -de acuerdo a los registros localizados, concurrieron sólo varones-. Para ello se determinaron los métodos de enseñanzas más modernos y se contrataron dentro de las posibilidades los mejores maestros del momento.

En nuestro medio, el 10 de noviembre se nombró la Comisión Inspectora de la Escuela de Primeras Letras en el Diamante, siendo designados como integrantes: Presidente: Dn. Antonio Ríos y como Vocales, los vecinos Domingo Madolell, Benito Pujato y Manuel Agulla, organizando el funcionamiento de esta escuela oficial en Diamante, costeada y controlada en su funcionamiento por el Estado.

El local, que se construyó con ladrillos y techo pajizo y que sirvió como su primer sede, estuvo ubicado en el terreno que daba a la parte posterior del templo (dando frente a la hoy calle Belgrano), aprovechando que toda la manzana era de propiedad fiscal.

Es indudable que el empleo ofrecido no cubrió las expectativas del preceptor Zamora (nombre con el que se designaba a los maestros a cargo de las escuelas), pues elevó su renuncia el 16 de enero de 1850. Inmediatamente fue nombrado don Benito de la Torre, en agosto éste fue reemplazado por "el patriota Federal” Juan Méndez, quién estaría en funciones hasta 1852, momento que asumió la dirección por los próximos diez años don José María Calderón, ex Preceptor de la Escuela del distrito Palmar, cerrada por esta circunstancia, trasladándose los niños al Diamante.

Esta situación se mantuvo hasta 1860, momento en que se creó el Consejo de Instrucción Pública de la Provincia, que tendría a su cargo la dirección inmediata y la vigilancia de las escuelas y especialmente de las primarias. Se reglamentó el funcionamiento de los establecimientos y los programas de enseñanzas, y como fue el caso de Diamante, se procedió además a la apertura de la Escuela de Niñas, donde fue nombrada la Srta. Carmen Ríos, que esa manera le cupo el honor de ser la primera mujer docente del Departamento. A su vez, por falta de edificio propio, se alquiló un local para su funcionamiento.

Al habilitarse ese año del régimen municipal en el ámbito de la Provincia, las escuelas pasaron a la órbita de las municipalidades, y en el caso de no haberlas, de nuestro pueblo, el que tuvo la responsabilidad de manejar todo lo inherente a su funcionamiento fue el Jefe Político a través de una Comisión que presidía. Bernardino Ramírez, quien ocupaba el cargo en cuestión, nombró a Dn. José Gómez Memendí como preceptor en reemplazo de Calderón, que asumió funciones de Juez de Paz del Departamento, quien en sus informes expresaba: "El Establecimiento de Instrucción Pública sito en esta Villa, a una cuadra de la plaza principal al Sur, propiedad del Gobierno de la Provincia, se halla en buen estado, consta de paredes de material y techo pajizo".

Esta situación se mantuvo hasta 1872, variando sólo los preceptores, sucediéndose Mariano Romero, Remigio Quiroga y Narciso Acosta, quién daría lugar al ser removido, al descollante docente y hombre público don Pedro Camarero (El mismo que le da nombre al barrio más antiguo de Libertador San Martín y que aún allí se desconoce su importante trayectoria).

A mediados de año, se sacó a remate la construcción de edificios para escuelas en varios departamentos, entre ellos fue considerado uno para Diamante. El entonces jefe político de Diamante coronel Gutiérrez, cumpliendo lo ordenado por el ministro de gobierno Secundino Zamora, licitó la obra y firmó el 15 de noviembre el contrato con el Maestro Mayor Pedro Conconi, para proceder a la construcción el edificio de acuerdo al pliego de condiciones.

La obra comenzó a principios de 1873, pero se vería interrumpida el 1º de mayo, cuando las fuerzas jordanistas tomaron el pueblo, provocando en él una gran crisis en la vida de las instituciones, motivando incluso que la Corporación Municipal que había comenzado a funcionar en enero, dejara de hacerlo de hecho (no volvería a reorganizarse hasta 1877). Sin embargo, en las Escuelas de Varones y de Niñas, sus preceptores continuaron dando clase con las limitaciones propias de la situación.

Al año siguiente, el constructor Conconi continuó con la obra, terminándola en diciembre, ocupando un solar sobre la actual calle Urquiza, con frente a la plaza principal (actual San Martín), y recostado sobre calle Pascual Echagüe, ya que la otra mitad de la cuadra hacia el Este, era propiedad de don Rudecindo Ruiz Moreno.

Así es que en el ciclo lectivo de 1875, los dos establecimientos comenzaron a funcionar en el lugar, lo que fue tomado posteriormente como la fundación de la Escuela, y que permitió en 1975 festejar el Centenario, lamentablemente sin tenerse en cuenta sus anteriores 26 años y que, como se darán cuenta, en 1999 se dejó de celebrar su sesquicentenario.

La localización de todos los antecedentes del funcionamiento de estas escuelas, como nombramientos, registros y matrículas de alumnos, memorias, pagos de sueldos, inspecciones, etc. han permitido aclarar esta cuestión, no dejando lugar a dudas. Otro elemento que determina esta continuidad, es por don Pedro Camarero, preceptor nombrado en 1872 –historia que he desarrollado en mi libro "Antecedentes de la Educación de Diamante"- que permaneció hasta 1878 al frente del establecimiento.

El 21 de octubre de 1878 se expidió el decreto aceptando la renuncia de Camarero y se nombró reemplazante a Gabriel Cisneros. El primero, a partir de allí, desempeñó una actuación pública intensa como hombre vinculado a tareas de gobierno en la Corporación Municipal, y ya en diciembre aceptó el cargo de integrante de ella, siendo elegido Presidente para el año 1879, y designado el 21 de marzo de ese año para integrar la Comisión Inspectora de Escuelas del Departamento.

Llegó el año 1885 y fue portador de novedades, al elevar el Poder Ejecutivo de la Provincia en mayo a la categoría de Escuelas Graduadas, a las Elementales de Villaguay, Rosario del Tala y la de Varones del Diamante. También se ordenó la fusión de las escuelas de varones y niñas con fecha 7 de julio, bajo la Dirección del actual Director de la primera quedando en la categoría de Escuela Graduada de ambos sexos.

Esta resolución tardó en llevarse a la práctica hasta principios de 1891, a partir del momento que continuó funcionando como Escuela Graduada Mixta, con la dirección de don Federico Quinteros.

Para terminar esta historia, sólo falta agregar algunos de sus hitos más importantes: el nombre de “Independencia” le fue impuesto el 10 de mayo de 1910 con la firma del Prof. Antequeda, el 28 de noviembre de 1912 se inauguró el actual edificio y el 26 de diciembre de 1919, al fijarse la nueva Nomenclatura de las Escuelas Fiscales dependientes del Consejo General de Educación, pasó a denominarse Escuela Nº 1 “Independencia”.

Actualmente su personal directivo y docente están llevando adelante un trabajo de rescate y estudio de la documentación histórica, que en poco tiempo dará como conclusión, como no puede ser de otra manera, que oficialmente pueda festejar sus reales años de vida.

LA CONSTRUCCION DEL EDIFICIO DE LA ESCUELA Nº 1 “INDEPENDENCIA”



Un trabajo de Ricardo César Brumatti
Historiador


El hecho que se haya construido en 1874 e inaugurado al año siguiente el destinado para las entonces escuelas de Varones y de Niñas, la primera que venía ocupando una casa de ladrillos y de techo pajizo situado detrás del templo, y que pasó a partir de ese momento a manos de la Jefatura policial para ser usado como depósito; y la segunda que desde su fundación en 1860 alquilaba el local donde funcionaba, sólo permitió superar las necesidades del momento, pues la calidad de la obra no fue la mejor y no pasaron muchos años cuando comenzaron a evidenciarse problemas en la estructura edilicia.

Ha quedado testimoniado a través de los documentos de archivos, la elevación de informes dando cuenta de la aparición de novedades en cuanto al estado del edificio, por lo que pronto fue un tema que se comenzó a tratar en el Consejo General de Educación y en la que intervenía en algunas gestiones el gobierno municipal.

Ante una consulta al respecto, en 1895 el Consejo Escolar del Diamante comunicaba que Dn. Rudecindo Ruiz Moreno ofrecía en venta el solar de terreno ubicado en la esquina N.E. de la plaza principal (actual esq. San Martín y Urquiza) de su propiedad, espacio que se necesitaba para disponer de la totalidad de la cuadra frente a ella, pues hasta ese momento la vieja escuela Graduada Mixta ocupaba el terreno “de 34,64 metros, por igual área de fondo, donde están construidas las dos escuelas graduadas, ocupando éstas todo el frente Sud, está situado en la parte Norte de la plaza Independencia", según el informe sobre propiedades del Estado en Diamante, del escribano Mascaró al ministro de gobierno Faustino Parera; es decir recostado sobre la actual calle Pascual Echagüe.

Pasaron algunos años y todo seguía siendo un proyecto, tal es así que en setiembre de 1899, nuestro H.C.D. trató el tema, y quedó asentado en el acta de la sesión que el ya diputado Miguel Mascaró estaba comisionado por el Superior Gobierno de la Provincia, para gestionar la donación de una manzana de terreno para la construcción de un edificio destinado a la Escuela Graduada Mixta y que dicha obra iba a ser comenzada inmediatamente, resolviéndose entonces donarla y que se designara recién el punto cuando el gobierno decidiera dar comienzo a la obra.

Cuando empezó en noviembre de 1899 a tratarse en el Concejo cual era el sitio para levantar la escuela, opinaban unos que la mejor era la manzana Nº 160 (limitada por las actuales calles 25 de Mayo, Eva Perón, 9 de Julio y Belgrano), pero no había dinero para la expropiación. Otros apreciaban que se podía donar una de las manzanas que componían la plaza “9 de Julio”, aunque prevaleció la primera idea. Como no se llegó a un acuerdo, se decidió sacar a remate terrenos municipales a efectos de poder comprar una manzana, autorizándose al Presidente de la Municipalidad a llevarlo a cabo y que fueran las Mzas. 213 y 214 al Este del Hospital las puestas en venta.

Lo que parecía que estaba solucionado volvió atrás, cuando a fines de enero el Concejo resolvió derogar la Ordenanza de compra de la manzana 160, dándose instrucciones al Presidente Municipal que propusiera al gobierno provincial la misma cantidad de terreno en el centro de la plaza "9 de Julio".

Curiosamente las gestiones se estacaron y en seis meses, desde el departamento ejecutivo municipal, se hablaba en todo caso de ceder con ese fin un terreno en la plaza "General Urquiza" o en la “25 de Mayo (ocupada actualmente por el C.A.D.) lo que se continuó hablando durante 1901, pues se llegaba a la coincidencia de opiniones de no ceder ni la plaza "Independencia" ni la "9 de Julio".

A partir de allí todo quedó a estudio en Paraná. Tal es así que cuando en 1905 se encontraba de visita en Diamante el inspector escolar Dn. Olegario R. Maldonado, hasta el diario “La Nación” de Buenos Aires, comentaba en sus páginas: “Es de suponer que se dará exacta cuenta de las deficiencias del local donde funciona la escuela graduada mixta construida hace más de 30 años en un solar de 40 varas, que hoy resulta por demás pequeño para el número de asistentes.
El Diamante debía tener ya un edificio en la forma que determina la ley sobre edificación escolar; pero hasta la fecha ningún vecino ha tomado la iniciativa de levantar una suscripción popular para la adquisición de un terreno, a fin de que el superior gobierno construya en el edificio decretado desde hace algún tiempo”.

Recién en 1909 se convocó para elaborar un proyecto de edificio, destinado a las escuelas de las ciudades de Diamante, La Paz y Nogoyá, resultando el encargado de realizar los planos don Emilio Massera. Nuestro pueblo recibía un gran beneficio pues al mismo tiempo, se proponía levantar el destinado para la Escuela Elemental “Manuel Alberti” (que luego no se llevó a cabo y es el tema del próximo artículo).

Para octubre se había llamado a licitación y era aceptada la propuesta de los constructores Erminio y Aristodemo Zamboni. Pero llamaba la atención al C.G.E. y lo consultaba al Dpto. de Obras Públicas, que en la ciudad de Diamante los materiales de construcción tenían un precio más elevado que en La Paz, y se trataban así de explicar la diferencia de precios entre dos edificios similares.

Lo que avanzaba más lerdo era disponer del solar para levantarla, pues finalmente la decisión fue hacerla frente a la plaza “Independencia”, para lo que se sancionó desde la legislatura provincial la expropiación del terreno de la familia de Rudecindo Ruiz Moreno, que varios años antes había sido ofrecido, medida que en la práctica no se concretó. Esto demoró la idea inicial de colocar la piedra fundamental aprovechando el acto del 25 de mayo de 1910.

Lo que sí y por una disposición firmada por el profesor Antequeda a partir de ese momento el establecimiento tomó la denominación de Escuela Superior Mixta “Independencia”.

A mediados de junio se informaba desde Paraná, que la partida de dinero para la construcción de la Escuela Superior se encontraba lista y sólo faltaba designar el terreno necesario (¿?), por lo que con el deseo de facilitar la pronta edificación, decía el Presidente de la Municipalidad, proponía nuevamente, aunque parezca mentira, se concediese el centro de la plaza “9 de Julio” para el edificio y el resto para jardines. Se negaron los concejales Malespina y Bonomi, fundamentando que era un desacierto pretender destinar una plaza para ese fin.

En marzo de 1911, desde el C.G.E volvieron a insistir por la posibilidad de adquirir los terrenos de la ya entonces Sucesión de Ruiz Moreno, ahora a cargo de su viuda, Dña. Estanislada Correa, con destino a la “Escuela Superior”, a razón de $ 4 el m².

Finalmente, luego de tantas idas y venidas, el 25 de abril por decreto del poder ejecutivo provincial, se autorizó a contratar la construcción del edificio y convenir la compra del espacio necesario para el mismo.

Y el que tuvo el honor de vivir como Director de la escuela el momento tan deseado, fue el maestro normal Francisco Díaz, nombrado en el cargo en enero de 1912.

A causa de construirse el nuevo edificio, las clases debieron desarrollarse en dos locales alquilados al efecto. Esta situación continuaría hasta que se terminara el nuevo.

Pero a los pocos días, como las dos casas ocupadas distaban entre ellas unas tres cuadras aproximadamente, siendo una el edificio de la Sociedad Italiana (la primer sede ubicada en la hoy calle Etchevehere y Alberdi, que había servido para que funcionara en 1892 la Escuela Elemental “Manuel Alberti” en el primer momento de su fundación), local que era bastante incómodo, por ser un solo salón separado por un tabique que no alcanzaba al techo, razón por la que los maestros se quejaban que no podían dar clase funcionando dos grados. Además carecía de pozo de agua. Esto dio lugar a un expediente solicitándose un local más apropiado.

A raíz de ello se autorizó el 6 de febrero a ocupar una propiedad de Julio Roland, que comprendía un salón espacioso que daba a la calle y otro más chico, ubicado a una cuadra.

La obra continuó avanzando en manos de los hábiles constructores Erminio y Aristodemo Zamboni, familia de constructores que habían arribado desde Italia a Entre Ríos en forma escalonada entre 1885 y 1890, instalándose en Paraná, convirtiéndose pronto en pujantes empresarios, merced a sus conocimientos y capacidad de trabajo.

El 21 de noviembre de 1912, el subinspector escolar Luis Colli le informaba al Director General de Enseñanza, Prof. Manuel Antequeda, que se estaban llevando a cabo los últimos trabajos complementarios de la Escuela y creía que “para el sábado estará todo listo” y que el día anterior había entregado la escuela con todo el mobiliario al director Díaz. Además había hecho desocupar el local que se venía ocupando y se habían devuelto las llaves a sus propietarios. También acusaba haber recibido en ese momento el telegrama por la que se le comunicaba oficialmente que se fijaba el 28 para inaugurar el edificio.

Y llegó el día tan esperado. En un vaporcito del M.O.P. se trasladaron a Diamante el Prof. Antequeda, representando al Gobernador Dn. Gregorio F. de la Puente, los vocales del Consejo Dr. Luis Etchevehere y Guillermo Uriburo, el inspector departamental Ramón S. Otero, y el Secretario del Consejo Dn. Manuel Alier, y que no obstante la contrariedad del mal tiempo, se llevó con todo éxito dicho acto.

Como recordatorio del acontecimiento, se mandó emitir una medalla con la inscripción: “Inauguración del edificio de la Escuela Superior Independencia de Diamante - 28 de noviembre de 1912”. Al reverso dice: “Gobernador Dr. Prócoro Crespo. Ministro de Hacienda e Instrucción Pública: Dr. M. de Texanos Pinto. Director General de Escuelas: Sr. Manuel P. Antequeda”.

Posteriormente a fines de 1914, se adquirió a los señores Luis Varela y Eusebio Zubielqui, un terreno con destino al ensanche de la Escuela, que permitiría continuar ampliando sus comodidades.

LAS ESCUELAS DE VARONES Y DE NIÑAS

En un artículo anterior desarrollé como se organizó la Primera Comisión Escolar en Diamante, quien puso en funcionamiento la Escuela de Primeras Letras en nuestro pueblo, siendo instaladas al mismo tiempo una en distrito Salto, a cargo del preceptor Baltazar Echagüe, otra en Costa Grande dirigida por Severo Uriarte y la de Palmar por José María Calderón, que como hemos visto, luego este último se hizo cargo en Diamante. Todo esto ocurrió a fines de 1849 y en 1850. Estudiando las estadísticas de las mismas publicadas en ese momento, se puede sacar como conclusión que estos cuatro establecimientos fueron destinado solamente para varones.

En esta situación funcionó nuestra escuela hasta el año 1860, cuando al crearse el Consejo de Instrucción Pública de la Provincia, que tuvo a su cargo la dirección inmediata y vigilancia de los establecimientos educacionales, especialmente los primarios, reglamentando sus funcionamientos y los programas de enseñanza. Con la creación también ese año del régimen municipal en el ámbito de la Provincia, las escuelas pasaron a la órbita de las municipalidades, y en el caso de no haberlas, como en el caso de Diamante, el que tuvo la responsabilidad de manejar todo lo inherente a su funcionamiento fue el Comandante Político a través de una Comisión que presidía. En nuestro caso fue Bernardino Ramírez quien ocupaba el cargo en cuestión, nombró a Dn. José Gómez Memendí como preceptor en reemplazo de Calderón, que asumió funciones de Juez de Paz del Departamento. Ante un pedido de éste solicitando el nombramiento de un ayudante, el 28 de mayo de 1861 se designó en esa función a Manuel González, figurando en el decreto que correspondía a la Escuela de Varones.

Con el fin de supervisar el movimiento administrativo y el resultado de la enseñanza, cada escuela llevaba cuatro libros de registros: de Matrículas, de Asistencia Diaria, Trimestral y Registro de Niños que se hubieran destacado. Un dato interesante que sirve para formar la idea de la ubicación de la escuela, figura en el informe anual firmado por Gómez Memendí: "El Establecimiento de Instrucción Pública sito en esta Villa, a una cuadra de la plaza principal al Sur, propiedad del Gobierno de la Provincia, se halla en buen estado, consta de paredes de material y techo pajizo". Si se tiene en cuenta los solares de propiedad oficial que existían en ese momento, no hay duda que estaba situado detrás de la hoy iglesia parroquial, sobre calle Belgrano.

También fue organizada en ese momento la Escuela de Niñas, donde fue nombrada la señorita Carmen Ríos, quien estuvo a cargo del establecimiento hasta la década del '70. El local para su funcionamiento fue alquilado, pero no he localizado referencias exactas de su ubicación. En ese período contrajo matrimonio con Madolell, apellido que agrega a su firma y luego aparece en las planillas que eleva.

El 1º de diciembre, como producto de los problemas en nuestro país, a nivel provincial hubo un reacomodamiento interno y entre los cambios que se produjeron, fue el regreso del manejo de la educación pública al gobierno provincial.

En la Escuela de Varones, el 15 de setiembre de 1862 se nombró Preceptor a Mariano Romero, con antigüedad al día 1º. Este duró en sus funciones hasta el 24 de julio de 1863, que por decisión del gobierno de la provincia, fundado en los informes elevados por la Comisión del Diamante, lo dejaron cesante, recomendando que dicha comisión proponga una persona idónea para reemplazarlo. Fue designado el 4 de noviembre Dn. Remigio Quiroga.

Ese año, el Jefe Político elevó al Ministro de Gobierno de la Provincia la Memoria Anual, en la que informó: "La Instrucción Pública costeada por el Gobierno de la Provincia en este Departamento tiene dos aulas de ambos sexos, la de varones ocupa un edificio de material cocido y pajizo perteneciente al Estado de la Provincia actualmente sin Preceptor, el Ayudante del Establecimiento es quien se contrae a la atención de la enseñanza y la de mujeres una casa con local suficiente que se alquila por cuenta del Estado con un número de 40 niñas que puede aumentarse; la Preceptora atiende asiduamente sus deberes".

En 1864, en la Memoria Anual firmada por Valentín Gutiérrez sobre lo acontecido en el Departamento, expresó refiriéndose al tema: "dos aulas costeadas por el erario de la Provincia son las únicas que existen en esta Villa, una para los niños varones y otra para las niñas, las de los varones tiene 30 niños que asisten constantemente y el establecimiento tiene una casa perteneciente al estado demasiado cómoda y suficiente; las de las niñas tiene 40 alumnas y ocupa una casa alquilada por cuenta del Estado suficiente para el número de educandos".

En el año 1867, más precisamente el 11 de marzo, el Gobierno de la Provincia dictó una ley, creando las Juntas de Fomento en cada ciudad o villa. Diamante vio aparecer por primera vez un gobierno, que se constituyó por siete miembros elegidos por el pueblo, quienes eligieron un Presidente y un Vicepresidente, con la misión de regir su administración, reemplazando al Jefe Político en muchas de las tareas. Entre las atribuciones que le confirió esta ley, se encontraba lo relativo al funcionamiento de las escuelas, a quienes tuvieron que costear, nombrar el personal, etc.; y así lo observamos cuando en el mes de agosto, Dn. Demetrio García, primer Presidente de esta Junta, al elevar el presupuesto de gastos y recursos de funcionamiento de la misma, informó relativo a la educación: "Existen 2 escuelas subvencionadas por la Junta de Fomento. Se alquila la casa de la Escuela de Niñas".

Estando vacante el cargo de preceptor de varones, el 29 de febrero de 1868 se nombró a Dn. Narciso Acosta.

Posteriormente, en enero de 1872, el gobierno de la provincia nombró una comisión para que examinara e informara acerca de los proyectos de Plan de Estudios y Reglamentos para las Escuelas Públicas y Normal de Preceptoras. Cabe acotar que el autor del proyecto y luego integrante de dicha comisión fue el Dr. Teófilo García, hermano de Demetrio, que tuvo una amplia trayectoria en importantes cargos como funcionario a nivel provincial y nacional.

A mediados de año, se sacó a remate la construcción de edificios para escuelas en varios departamentos, entre ellos fue considerado uno para Diamante. El 6 de agosto el entonces jefe político de Diamante coronel Gutiérrez le informó al ministro de gobierno Secundino Zamora "Adjunto remito a S.S. en cumplimiento de lo dispuesto en el Superior Decreto del 6 de julio ppdo. la única propuesta que ha sido presentada para la construcción de los edificios para escuelas en esta Villa, por el Maestro Mayor D. Pedro Conconi". La propuesta fue aprobada y el 15 de noviembre se llevó a cabo el acta entre las partes para proceder a la construcción el edificio de acuerdo al pliego de condiciones.

Cronológicamente, hizo su aparición quien luego tuvo una descollante actuación pública en nuestro medio, y fue a causa de que se juzgó urgente reemplazar al preceptor de la Escuela de Varones Narciso Acosta, debido a una serie de anormalidades en la misma. Se le dio curso e inmediatamente el día 25 se decretó su separación, nombrándose en reemplazo a don Pedro Camarero, quien hacía unos días había rendido y aprobado el examen para ser habilitado, presentando además el Diploma de una de las Escuelas Normales de España.

Este se hizo cargo de inmediato y el 4 de diciembre por nota al Jefe del Departamento Educación, con membrete de Escuela Pública de Varones del Diamante, expresó: "Adjunto remito a Ud. el inventario de los útiles de enseñanza que me ha entregado Dn. Narciso Acosta, Preceptor depuesto, y como digo en la nota todos los efectos se encuentran en buen estado excepto el reloj y las mesas". También agregó que el local destinado para Escuela era bastante espacioso y con muy buenas condiciones higiénicas, pero estaban completamente deteriorados el techo, ventanas y puertas, de manera que todas las condiciones buenas del local estaban destruidas con los inconvenientes referidos.

Mientras tanto en la Escuela de Niñas, su preceptora Carmen Ríos de Madolell, elevó el 20 de junio, una nota fundamentando que a raíz de su salud excesivamente quebrada, no podía cumplir con la elevación de unas planillas que se le había ordenado. Esto es el preludio del desmejoramiento de su salud, ya que falleció durante 1873.

En ese momento, anualmente a través de una Comisión Examinadora de las Escuelas, que se nombraba localmente se evaluaba a fin de cada año a todos los alumnos, elevándose los registros de notas y conceptos al Jefe del Departamento de Educación, en los ramos de Lectura, Escritura, Aritmética, Doctrina y Geografía en la Escuela de Niños y de Labores además en la de Niñas

La escuela dirigida por Camarero, tuvo en 1873 la cantidad de 59 niños matriculados, por lo que se vio en la necesidad de solicitar se nombrara un Ayudante según acordaba el reglamento, y se propuso para ejercer ese cargo a Dn. Daniel Arca.

El 1º de mayo, cuando las fuerzas jordanistas tomaron el pueblo y derrocaron a las autoridades de la Corporación Municipal, que no se volvería a reorganizar hasta 1877, los preceptores continuaron dando clase con todas las limitaciones propias de la situación, pero se interrumpió las obras del nuevo edificio para albergarlas. En 1874 se continuó con los trabajos, y en junio en una nota expresaba: "del empresario de la obra de escuelas públicas del Diamante" Pedro Conconi al jefe político del departamento Francisco Acebal, le comunicó: "vengo a dar aviso a V.S. para que lo comunique al Exmo. Gobierno, que en el término de ocho días de la fecha, estará techado todo el edificio", siendo en realidad ocupado a partir del período lectivo del próximo año y que se trató del construido en el solar frente a la plaza, pero recostado sobre calle Echagüe, en la misma manzana del que ocupa la hoy Escuela Nº 1 y cuya imagen se puede apreciar en una foto mural que se encuentra en la Dirección de dicha institución.

La asistencia de alumnos se vio aumentada y Camarero solicitó se le asignara un ayudante en la Escuela de Varones por haber renunciado Arca, cuestión que se le confirió el 23 de junio de 1875 nombrándose a Dn. Sabino Llano Flores.

Y permítaseme aclarar una cuestión que vengo siguiendo desde años, y es que en este momento, expresa la versión oficial que fue la fundación de la hoy Escuela Nº 1 “Independencia”, según lo publicado en 1975 para celebrar el Centenario, considerándose solamente la documentación que se halló en la escuela. Se dijo en ese momento que se tomó como base la escuela de Varones, que en realidad como vemos en este trabajo se creó mucho antes y en 1875 se trató sólo de la habilitación del nuevo edificio con destino a ambas escuelas. Camarero, el preceptor en ese momento fue nombrado en 1872 y como veremos y he desarrollado en mi obra "Antecedentes de la Educación de Diamante" permaneció hasta 1878. Y por una cuestión de razonamiento, entiendo que hubo una continuidad desde 1849 hasta este momento, pues esta escuela funcionó con su presupuesto anual, los nombramientos se efectuaron oficialmente y con sus respectivos decretos, en la mayor parte de los casos de efectuaron los consabidos inventarios de recepción, se elevaron las memorias anuales muchas de ellas conservadas actualmente. Además se publicó que desconocían sus Directores hasta 1890, cuando con la documentación archivada se puede determinar no sólo esa información sino en muchos de los años, los alumnos y sus calificaciones.

Creo que todo esto debería ser profundizado y estudiado, pues es totalmente completa e ilustrativa la documentación existente en el Archivo General de la Provincia, ya que en el año 2000 se festejarán los 125 años de la fundación, cuando interpreto que en 1999 corresponden a mi buen saber y entender son sus 150 de vida, celebración que no ocurre todos los días.

El 21 de octubre de 1878 se expidió el decreto aceptando la renuncia como Preceptor a Pedro Camarero y se nombró reemplazante a Gabriel Cisneros. El primero, a partir de allí, desempeñó una actuación pública intensa como hombre vinculado a tareas de gobierno en la Corporación Municipal, y ya en diciembre aceptó el cargo de integrante de ella, siendo elegido Presidente para el año 1879, y designado el 21 de marzo de ese año para integrar la Comisión Inspectora de Escuelas del Departamento.

Durante ese año se nombraron en la Escuela de Niñas como Preceptora a Natividad Etchevehere y como Ayudante a Rosa Etchevehere. También se creó la nueva organización escolar, y es Echagüe que las clasificó en: Graduadas, Elementales y Rurales. Las Graduadas se dividieron en Urbanas de 1ª y 2ª Clase, con 6 y 4 grados respectivamente; las Rurales o de Distrito disponían de 4 grados.

El 24 de febrero de 1882 se nombró Director para la Escuela al Subdirector de la escuela de Victoria don Custodio Martínez, quedando Cisneros como Vice.

La necesidad de personas preparadas para ocupar cargos públicos, hace que se le ofreciera el cargo de Receptor de Rentas de Diamante a Cisneros, quien no aceptó, pero sí lo hace Martínez, quien renuncia quedando nuevamente como Director el primero, pero a los pocos días éste deja el empleo.

Se lo reemplazó a través de un decreto del 25 de agosto, nombrándose a Dn. Rafael Forbes, que ocupaba el cargo de Comisario de Ordenes de la Jefatura de Policía. Al poco tiempo se le designó como maestro auxiliar a Dn. Luis Forbes.

Habiendo hecho Forbes renuncia de su empleo, el 3 de marzo de 1883 se designó para ocupar dicho puesto a la maestra normal Trinidad Moreno; quien el 6 de abril le dirigió una nota al ministro Sagastume: "He recibido la atenta nota en la que me comunica que por Decreto de fecha 21 de marzo ppdo. el Gobierno se ha servido nombrarme Directora de la Escuela Elemental de Varones del Dpto. del Diamante". Pero duró días en el cargo, ya que el 11 de abril se expidió el decreto por el que se aceptó su renuncia, nombrándose en reemplazo a Dn. Miguel Taberner.

En 1883 se creó el Consejo General de Educación de la Provincia, y al otro año, en enero, elevó la renuncia de Directora de la Escuela Elemental de Niñas Natividad Etchevehere. Se propuso a la Srta. Leopoldina Puente, quien fue designada en el cargo, y se le nombró como ayudante a la Srta. Nieves Ruiz Moreno. Ese año 1884 se vio alterado por una serie de desencuentros, que indudablemente eran producto de las relaciones personales existentes entre los protagonistas, y que ha quedado registrado en la documentación que obra en el Archivo General de la Provincia, comenzando el día 25 de marzo a través de una misiva firmada por Miguel Taberner al jefe del departamento de educación de la provincia Eduardo Comas, expresando: "Vista la imposibilidad de poder continuar por más tiempo en el desempeño de mis funciones, por cuanto hay encargados de ponerme ante Ud. en el peor concepto, y para que esto concluya, ruego a Ud. se digne aceptar mi renuncia del cargo de Director de la Escuela de este punto". Fue nombrado el maestro normal David Coronado en reemplazo; pero el 1º de abril observamos una nota firmada por Francisco Rival a Comas, que en algunos de sus párrafos expresa: "Agradeciendo a Ud. mi nombramiento a la dirección de la escuela de esta Ciudad" y en otro: "Me he recibido hoy de la escuela tomando inventario de las existencias, cuyo original acompaño"

Pero el nombrado Rivas, tampoco duró mucho en el cargo, pues el 18 de mayo le comunicó a Comas haber aceptado un cargo en Buenos Aires con muchas mejores ventajas laborales. Por la vacante se propone a Dn. Amaro López lo que es aceptado.

El 2 de julio la Subcomisión de Instrucción le expresó a Comas: "Hemos informado que en este Departamento no existen escuelas particulares, solamente 2 escuelas elementales que costea el Exmo. Gobierno, siendo su personal: Escuela de Niños: Director Amaro López y Ayudante Eduardo Ballesteros; Escuela de Niñas: Srta. Leopoldina Puente es la Directora y Srta. Nieves Ruiz Moreno como Ayudante.

Llegó el año 1885 y fue portador de novedades, al elevar el Poder Ejecutivo de la Provincia en mayo a la categoría de Escuelas Graduadas, a las Elementales de Villaguay, Rosario del Tala y la de Varones del Diamante.

En las Memorias Municipales, el presidente de la corporación municipal Andrés Casinelli escribió: "Existen 2 Escuelas Municipales y una Privada. Concurren en total solamente 190 niños". Es la primera oportunidad que localizo que aparece una escuela de índole privada sumada a las costeadas por el Estado, y se trató de la regenteada por la Srta. Trinidad Almanza, que al oficializarse fue la Elemental Nº 1 y en su proyección la Nº 2 “Manuel Alberti”.

También se ordenó la fusión de las escuelas de varones y niñas, y quedó plasmada en la nota fechada el 7 de julio, con membrete de la Comisión de Instrucción Pública de Entre Ríos, firmada por Comas y dirigida al Ministro de Hacienda e Instrucción Pública de la Provincia: "No habiendo sido posible a esta Comisión, encontrar una persona suficientemente idónea para confiarle la dirección de la Escuela Elemental de Niñas del Diamante y, considerando los perjuicios que al Establecimiento ocasiona la falta de su Directora, estando hoy todos sus grados a cargo de una sola Ayudante, esta Comisión ha resuelto que el infrascripto se dirija a S. S solicitando lo que paso a exponer:
Refundir la Escuela Elemental de Niñas en la Graduada de Varones bajo la Dirección del actual Director de esta última, quedando en la categoría de Escuela Graduada de ambos sexos.
Nombrar para auxiliar de la misma a la Srta. Senobia Ríos, con el sueldo mensual de Cuarenta Pesos moneda nacional.

Luego de ser tratada la mencionada, se asentó al dorso la siguiente leyenda: "Paraná Julio 24 de 1885. Considerando atendibles las causas en que se funda la Comisión de Instrucción Pública al pedir sea refundida la Escuela Elemental de Niñas del Diamante en la Graduada de Varones de la misma Localidad, el Gobernador de la Pcia. Acuerda y Decreta:
Art. 1º: Refúndase la Escuela Elemental de Niñas del Diamante en la Graduada de Varones de la misma Ciudad, quedando ésta a cargo de su actual Director y en la Categoría de Escuela Graduada de ambos sexos.
Art. 2º: Nómbrase Maestra Auxiliar de la nueva Escuela a la Srta. Senovia Ríos.
Art. 3º: Asignase al Director y Maestra Auxiliar nombrada un sobresueldo mensual de ocho pesos m/n a cada uno que serán satisfechos con el sueldo que el Presupuesto asigna a la Directora de la Escuela Elemental". Lleva las firmas de Racedo - M. Laurencena.

Esta resolución tardó en llevarse a cabo, pues analizando notas archivadas del 26 de marzo de 1886, el presidente de la subcomisión de educación Antonino Miranda al Presidente de la Comisión de Instrucción Pública, acusó recibo del Decreto que nombraba Directora de la Escuela de Niñas de esta ciudad a la maestra normal Agustina Canals; consultando además si la nombrada ocuparía las habitaciones de la escuela en que vive la ayudante Cenobia L. Ríos; otra fechada el 16 de mayo entre los mismos funcionarios, que expresa "Acuso recibo de su nota fecha 14 del presente en que me comunica se ha nombrado Ayudante de la Escuela de Niñas a Elena Campi. En la fecha de hoy comunicó su aceptación.
Siendo urgente y de completa necesidad el nombramiento del Ayudante que ha de reemplazar al Sr. Ferreyra en la Escuela de Varones, se propone para llenar la vacante al joven Crescencio Enrique"

En el año 1886, en julio fue elevada a la categoría de Graduada la Escuela Elemental de Niñas.

A pesar del decreto de la fusión, las dos escuelas continuaron funcionando por separado; por ejemplo a fin del año 1887 se elevaron a Paraná los informes, como se hacía reglamentariamente, y creo que es interesante detenernos en ellos, pues permiten tener un concepto del funcionamiento de los establecimientos de la época: "El terreno en que está situada la Escuela es de forma rectangular. Su frente que lo da a la plaza principal Independencia, mide 20 varas, con un fondo de 40 varas. Esta misma superficie mide el departamento destinado a la escuela de niñas. La parte del frente está formada por tres piezas y un zaguán, dos de ellas destinadas a dar clases y la otra como habitación del Director. Detrás del salón principal y el primer patio está la galería destinada a los ejercicios gimnásticos cuando hay mal tiempo o mucho sol y en comunicación con el primer patio, por una puerta de hierro y con el salón con una de madera y vidriera. La parte posterior o del fondo del terreno la ocupa el segundo patio de quince varas de fondo por veinte de frente. En su parte central tiene un pequeño jardín formado por pilares de material unidos por rejas de hierro, de cinco varas por cinco"

El 9 de marzo de 1889 presentó la renuncia Francisco Arce al cargo de Director de la Escuela Graduada, que fue aceptada.

Durante ese año, se llevaron a cabo obras de refacciones en los edificios escolares, comunicando el Consejo Escolar del Diamante en enero del año siguiente que estaban concluidas y pidiendo los fondos para abonarlas; mientras que en marzo, se remitió la renuncia que presentó la Sra. Nieves R. de Lantero al cargo de Directora de la Escuela de Niñas, la que fue aceptada.

En julio se comunicó que había fallecido el 2 de junio la maestra de la Escuela Graduada de Niñas Srta. Aurora Gorvea y se designó en su reemplazo a Angela Lazo de la Vega.

La fusión de las dos escuelas las encuentro en la práctica, cuando el 31 de marzo de 1891 se realizó un inventario de todas las escuelas de la Provincia, ubicando en nuestra ciudad a la Escuela: Graduada Mixta; Ubicación: Ciudad; Local: Provincial; Docentes: Director: Federico Quinteros y Ayudantes: Ferguiso Herrera, Ayudante, Agustina C. de Carvallo y Clara B. de Arns, siendo los alumnos 80.

En una nota del presidente del consejo escolar del departamento José Villarino al director general de educación Uzín, el 2 de marzo de 1892 le informó: "Tengo el honor de dirigir a su consideración, el personal docente para la Escuela Graduada Mixta de esta Ciudad en la forma siguiente: Director: Prof. Faustino Berrondo, Vice Director: Prof. Gervasio Barzola, Directora de Grado y Maestra de Labores: Irene Etchevehere, Maestra: de Grado: Irene Etchevehere. Al poco tiempo se agregó al plantel docente el maestro Mateo Jofré.




LA PRIMERA COMISIÓN ESCOLAR DE DIAMANTE Y LA ESCUELA DE PRIMERAS LETRAS




El gobierno provincial nombró una comisión constituida por un Presidente, siete Vocales y un Inspector Visitador General, que tenía como objetivo principal llevar a cabo la enseñanza obligatoria y gratuita a todos los niños de seis a trece años. Para ello se determinan los métodos de enseñanzas más modernos y se contratan los mejores maestros del momento, quienes tenían la obligación de presentar exámenes anuales y la lista de los alumnos que terminaban su educación. El Gobierno pagaba los sueldos de los Preceptores y costeaba los útiles de enseñanza. Todo este movimiento administrativo ha quedado archivado y nos permitirá seguir no solamente la evolución de nuestra escuela de Primeras Letras, su personal a través de los nombramientos que se realizaban, los inventarios con que recepcionaban y entregaban el cargo, las memorias anuales que elevaban, etc.

A raíz de estas medidas, el 10 de noviembre se nombra la Comisión Inspectora de la Escuela de Primeras Letras en el Diamante, siendo designados como Presidente don Antonio Ríos y como Vocales Domingo Madolell, Benito Pujato y Manuel Agulla.

La Comisión contrata como maestro a Dn. Valentín Zamora. Este tenía los antecedentes de haber regenteado desde principios de la década de 1840 una de las escuelas existentes en Paraná, subsidiadas por el gobierno, pero tuvo que terminar sus actividades en 1846, al ser una de las que no se les renovó el apoyo económico, hasta que el 10 de abril de 1848 es nombrado Secretario de la Comandancia General del 1º Departamento Principal con asiento en Paraná y de allí vendría a ocupar el cargo.

Al mismo tiempo son instaladas, una escuela en distrito Salto, a cargo del preceptor Baltazar Echagüe, otra en Costa Grande, dirigida por Severo Uriarte y la de Palmar por José María Calderón

El edificio escolar del Diamante, que se trataba de una casa de ladrillos con techo pajizo, se encontraba ubicado detrás de la iglesia, dando su frente, por los antecedentes que encuentro, a la hoy calle Belgrano

Para que viva el nombrado Zamora, el comandante Hernández expresa en una nota "El rancho que se me ordena haga hacer para el maestro y su familia, si es de su aprobación lo haré hacer de adobe crudo, con dos puertas medianas y una ventana de pan‚ de soga de 10 varas, la formarían 2 piecitas en un sitio particular economizando lo que sea posible para que después quiera enajenarse se haga con poco o ningún gasto. Por estar el río muy alto y no poderse hacer de madera ni gastar casi igual cantidad".

Es indudable, que el empleo ofrecido no cubre las expectativas del preceptor, ya que con fecha 16 de enero de 1850 eleva su renuncia, nombrándose en reemplazo a don Benito de la Torre a partir del 15 de febrero.

El nuevo Preceptor, del que no he encontrado antecedentes de su actuación, tiene una duración efímera, ya que el 31 de agosto de ese mismo año, por nota, el receptor de rentas Agulla y a la vez integrante de la Comisión Escolar recibe la orden de pagar "a partir del día 14 del cte. la suma de $ 25 al patriota Federal Dn. Juan Méndez, nombrado maestro de escuela de esta Villa por la Junta Directora con la aprobación del Superior Gobierno".

La actividad de la escuela se ve ensombrecida el 4 de febrero de 1851, cuando "el lamentable suceso que ha sucedido en esta Población, del incendio total del Establecimiento de primeras letras, de que fue avisado por el Cuerpo de Guardia de la una a las dos de la mañana de este día, siéndole tan sensible no haber podido de manera alguna salvar el menor útil de él, pues a más de estar muy avanzado del fuego, el recio viento que había eran inconvenientes imperiosos, no obstante que se acudió en el acto con el Cuerpo de Guardia y la Partida de Policía, pero advirtiendo que todo esfuerzo era en vano, solo se procuró atender a las casas que por su inmediación estaban expuestas, principalmente la del señor Administrador de Rentas, que actualmente tiene en ella la Oficina de su cargo" según el parte que envía Hernández al ministro Galán.

Se toman medidas para solucionar el inconveniente, y es así que el mismo día, Hernández ya anuncia "como anterior hubiere acordado con Ud. sobre lo que se había pensado de meter pared al rancho de que se nos ha incendiado, tenemos ya tomado como 20 mil ladrillos, parte allí en el destino y otros pronto y ya pagos por el Estado, tenemos también dos puertas de tres varas que sobraron por la reforma de la Iglesia, si le pareciere oportuno el que hiciéramos trabajar la escuela conforme lo pensábamos, dignesé ordenarme y también mandarnos el plano, que por nuestra parte haremos lo posible por hacer algo para ayudar a los gastos."

La obra comienza a la brevedad, y en la Relación Estadística del Departamento del Diamante, correspondiente al mes de febrero de 1851, firmado por el comandante militar y en el párrafo destinado a Edificios Públicos, expresa: "El día 10 se dio principio a la construcción del edificio, que va a servir al establecimiento de escuela de primeras letras, cuyo edificio tiene: veinte varas de largo y seis de ancho de techo pajizo; con dos puertas, una de doce cuartas de alto en un mojinete y la otra de diez y media en el costado interior; con el correspondiente ancho; siete ventanas de siete cuartas de alto y competente ancho, cuatro en el costado exterior y tres en el otro costado, y se continúa su construcción".

Es interesante destacar, relativo a esta obra, que aún se conservan varios recibos de pagos a los albañiles y peones que trabajaron en la misma, también los trabajos realizados por Juan Fourquet en su arte de carpintería por ocho bancos para escribir, doce bancos con asiento, una mesa para el Preceptor y un banco para el Preceptor; siete ventanas de madera fuerte, dos marcos para la puerta; como así también un recibo firmado por Vicente Calavia por la colocación de setenta y dos vidrios en las ventanas del edificio.

La obra avanza rápidamente y en la Relación Estadística del mes de agosto Hernández, asienta "El edificio destinado para la Escuela del Estado, se concluyó el día 27 y está rindiendo el servicio para el que está destinado".

En setiembre se le abona a Francisco Barrabino por pintar aberturas, bancos y cielorraso de la escuela, con aguarrás, pintura negra, blanca y colorada y aceite de linaza.

Al cesar en sus funciones el preceptor Juan Méndez el 6 de abril de 1852, el Gobierno de la Provincia lo reemplaza por José María Calderón, ex Preceptor de la Escuela del distrito del Palmar que es cerrada y se traslada los niños al Diamante. El día 20 se nombra para integrar la Comisión Inspectora de Escuelas del Diamante a Juan Pujato y Manuel Hernández, la que termina de organizarla.

En vista de la cantidad de niños que asistía a clase se designa para ocupar el cargo de Ayudante a Vicente Madolell, quien estaría en el cargo hasta el 9 de febrero de 1854.

Esta escuela funcionaría así hasta 1860, donde veremos que se crea el Consejo de Instrucción Pública de la Provincia, que tendrá a su cargo la dirección inmediata y la vigilancia de las escuelas y especialmente de las primarias. Se reglamenta el funcionamiento de los establecimientos y los programas de enseñanzas, y como es el caso de Diamante, se la divide en Escuela de Varones y la de Niñas, lo que será motivo del próximo tema.

Un trabajo de Ricardo César Brumatti

Historiador

158º Aniversario de la Escuela Nº 1 “Independencia”





En la etapa histórica que fue fundada Diamante, la Provincia vivió una profunda crisis a la cual no fue ajena la educación, siendo una de las causas por lo que no hemos encontramos hasta ahora, antecedentes que avalen el funcionamiento de escuelas en nuestra zona en el período 1836 a 1848.

A partir de este último año, la obra organizadora del general Urquiza tuvo en cuenta la creación en el orden local de las primeras instituciones. Abrieron sus puertas la Comandancia Militar, la Receptoría de Rentas, se habilitó el puerto, y al otro año se creó el departamento Diamante, comenzándose dos obras fundamentales para un pueblo que comenzaba a formarse: el templo y la escuela.

La primera, con fondos del tesoro provincial, se realizó a cargo de una Comisión Administradora y fue concretada entre 1848 a 1851. Tiene la particularidad que su historia se entremezcló con la leyenda que afirmaba que iba a ser inicialmente una escuela, cuestión no cierta, pues desde el primer momento tuvo la finalidad religiosa, como lo indica la exhaustiva documentación archivada de su construcción.

La segunda obra, surgió al producirse la apertura de una red de escuelas públicas a lo largo y ancho de la provincia, centralizadas en su administración con la creación el 29 de agosto de 1849, de la Junta Directiva Central de Escuelas Primarias, editándose ese día en forma impresa el “Reglamento para las Escuelas de Primeras Letras de la Provincia”.

Este ente, regido por una comisión constituida por un Presidente, siete Vocales y un Inspector Visitador General, tuvo como objetivo principal llevar a cabo la enseñanza obligatoria y gratuita a todos los niños de seis a trece años. Para ello se determinaron los métodos de enseñanzas más modernos y se contrataron los mejores maestros del momento.

El 5 de enero de 1849, el comandante militar del Diamante coronel Luis Hernández le hizo saber al ministro de gobierno general Galán, que había tomado las medidas para comenzar con la obra del local para la escuela y el rancho con destino a la residencia del maestro y su familia.

El edificio escolar se trataba de una casa de ladrillos con techo pajizo, ubicada en el terreno fiscal detrás de la iglesia, dando su frente, por los antecedentes que encuentro, a la hoy calle Belgrano.

Ante la aparición de nuevos datos, permite suponer que el nombramiento del primer preceptor fue sugerencia del gobierno provincial al comandante Hernández, que ante la falta de personal capacitado en nuestro pueblo, le indicaron la designación en la persona de don Valentín Zamora.

De origen santafesino, Zamora había nacido en 1875 y de joven se afincó en Paraná, donde contrajo matrimonio con Rafaela Ibáñez. Inició sus actividades docentes en 1820. En 1842, al suprimirse el empleo que ocupaba de Preceptor de la Escuela de Primeras Letras en la capital provincial, abrió una escuela particular que funcionó hasta 1846, favorecido por los subsidios que le abonaban desde el Estado, que al no continuar su recepción, motivó el cierre del establecimiento.

Su ilustración y cultura permitió que accediera a cargos en el estado provincial, siendo nombrado entre otros empleos en abril de 1848, como Secretario de la Comandancia General del 1º Departamento Principal en Paraná. Allí lo encontró el momento en que se le ofreció ser el Preceptor para Diamante, con una edad de 63 años.

Lo que no he localizado son dos detalles que completarían esta historia: cuando comenzaron las clases en la escuela y cual fue la fecha precisa del nombramiento de Zamora, lo que debe suponerse que ocurrió posiblemente en el mes de julio, por los siguientes motivos que podemos considerar: su anterior cargo, y luego, si observamos los nombramientos de los preceptores de las escuelas del distrito del departamento Diamante entre julio y agosto de 1849: en distrito Salto: Baltazar Echagüe, en Costa Grande: Severo Uriarte y en Palmar: José María Calderón, es razonable pensar que en la cabecera departamental tiene que haber ocurrido al mismo tiempo o algunos días antes. De todas maneras, estas designaciones, a pesar que comenzaron a ser liquidados sus sueldos, no necesariamente significaron la apertura inmediata de las aulas en esos lugares, como normalmente ocurría en la época.

Creo que corresponde comentar que todas estas escuelas eran solamente para alumnos varones.

Otro paso ocurrió el 10 de noviembre, cuando se nombró la Comisión Inspectora de la Escuela de Primeras Letras en el Diamante, siendo designados como integrantes: Presidente: Dn. Antonio Ríos y como Vocales: Domingo Madolell, Benito Pujato y Manuel Agulla.

Pero indudablemente el empleo ofrecido no cubrió las expectativas de don Valentín, pues a fin del año 1849 elevó su renuncia. Lo cierto y más allá del tiempo que pudo ejercer, tuvo el honor de ser el primer maestro local.

El reemplazante fue don Benito de la Torre, dado de alta con fecha 15 de enero. El nuevo Preceptor, del que no he encontrado mayores antecedentes de su actuación, salvo las planillas de sueldo liquidados, tuvo una duración efímera, ya que el 31 de agosto de ese mismo año, por nota, el receptor de rentas Agulla y a la vez integrante de la Comisión Escolar recibió la orden de pagar a partir del día 14 la suma de $ 25 al “patriota Federal” Dn. Juan Méndez, nombrado maestro de escuela de esta Villa.

La actividad de la escuela se vio ensombrecida el 4 de febrero de 1851, cuando se produjo el incendio total del Establecimiento. El comandante militar Luis Hernández, tomó medidas inmediatas para solucionar el problema y el mismo día se comunicó con el ministro Galán para coordinar la reconstrucción. Ello comenzó el 10 de febrero y se concluyó el día 27.

Al cesar en sus funciones el preceptor Méndez el 6 de abril de 1852, el Gobierno de la Provincia lo reemplazó por José María Calderón, ex Preceptor de la Escuela del distrito del Palmar que fue cerrada, trasladándose los niños a Diamante. En vista de la cantidad de alumnos, se designó para ocupar el cargo de Ayudante a Vicente Madolell. Calderón permanecería por un lapso de 10 años al frente de la institución.

En esta situación funcionó nuestra escuela hasta el año 1860, cuando al crearse el Consejo de Instrucción Pública de la Provincia, con la misión de la dirección inmediata y vigilancia de los establecimientos educacionales, especialmente los primarios, reglamentando sus funcionamientos y los programas de enseñanza. Con la creación también ese año del régimen municipal en el ámbito de la Provincia, las escuelas pasaron a la órbita de las municipalidades, y en el caso de no haberlas, como en el caso de Diamante, el que tuvo esa responsabilidad fue el Comandante Político a través de una Comisión que presidía. En nuestro caso fue Bernardino Ramírez quien ocupaba el cargo en cuestión, nombró a Dn. José Gómez Memendí como preceptor en reemplazo de Calderón, que asumió como Juez de Paz del Departamento.

También fue organizada y abrió sus puertas en ese momento la Escuela de Niñas, donde fue nombrada la señorita Carmen Ríos, quien estuvo a cargo del establecimiento hasta la década del '70. El local para su funcionamiento fue alquilado, pero no he localizado referencias exactas de su ubicación, al no existir en ese momento nombres de calles. En ese período contrajo matrimonio con Madolell, apellido que agregó a su firma y luego apareció en las planillas que elevaba. A ella la registramos como la primera maestra en nuestro medio.

Con el fin de supervisar el movimiento administrativo y el resultado de la enseñanza, cada escuela llevaba cuatro libros de registros: de Matrículas, de Asistencia Diaria, Trimestral y Registro de Niños que se hubieran destacado.

El 1º de diciembre, como producto de los problemas en nuestro país, en el ámbito provincial hubo un reacomodamiento interno y entre los cambios que se produjeron, fue el regreso del manejo de la educación pública a la provincia.

Ante la necesidad de contar con edificios adecuados para la actividad escolar, a mediados del año 1872, el gobierno provincial licitó la construcción de edificios para escuelas en varios departamentos, entre ellos fue considerado uno para Diamante. El 6 de agosto el entonces jefe político de Diamante coronel Gutiérrez elevó al ministro de gobierno Secundino Zamora la única propuesta presentada por el constructor Pedro Conconi. Ella fue aprobada y el 15 de noviembre se llevó a cabo el acta entre las partes para proceder a la construcción el edificio de acuerdo al pliego de condiciones.

Cronológicamente, hizo su aparición quien luego tuvo una descollante actuación pública en nuestro medio: don Pedro Camarero, y fue a causa de que se juzgó urgente reemplazar al preceptor de la Escuela de Varones Narciso Acosta, debido a una serie de anormalidades en la misma. Este se hizo cargo el 4 de diciembre, confeccionando el correspondiente inventario detallado del edificio y mobiliario.

El 1º de mayo de 1873, cuando las fuerzas jordanistas tomaron el pueblo y derrocaron a las autoridades de la Corporación Municipal, que no se volvería a reorganizar hasta 1877, los preceptores continuaron dando clase con todas las limitaciones propias de la situación, pero lamentablemente se interrumpieron las obras del nuevo edificio para albergarlas. Recién en 1874 se continuaron, finalizándose antes de fin de año, lo que permitió que el ciclo escolar de 1875 se iniciara en ella.

Su ubicación fue en el solar frente a la plaza principal, sobre calle Urquiza, aunque recostado sobre la actual calle Echagüe, pues la media cuadra hacia el Este pertenecía a la familia de Rudesindo Ruiz Moreno. Es la misma manzana del que ocupa la hoy Escuela Nº 1 y cuya imagen del frente del edificio se puede apreciar en una foto mural que se encuentra en la Dirección de dicha institución.

Y permítaseme aclarar una vez más la cuestión que vengo estudiando desde años, con respecto a la versión oficial tenida en cuenta durante años sobre la fundación de la hoy Escuela Nº 1 “Independencia”, según lo publicado en 1975 para celebrar el Centenario, considerándose solamente, creo yo, la documentación que se halló en la escuela. Se expresó en ese momento que se tomó como base la escuela de Varones, que en realidad como vemos en este trabajo, se creó mucho antes y en 1875 se trató sólo de la habilitación del nuevo edificio con destino a ambas escuelas. Vemos el ejemplo de Camarero, el preceptor que fue nombrado en 1872, estuvo en el momento de la apertura del nuevo edificio y como he desarrollado permaneció hasta 1878. Y por una cuestión de razonamiento, entiendo que hubo una continuidad desde 1849 hasta este momento, pues esta escuela funcionó con su presupuesto anual, los nombramientos se efectuaron oficialmente y con sus respectivos decretos, en la mayor parte de los casos de efectuaron los consabidos inventarios de recepción, se elevaron las memorias anuales muchas de ellas conservadas actualmente, se realizaron inspecciones conservadas en los libros para ese fin. Además se publicó que desconocían sus Directores hasta 1890, cuando con la documentación archivada se puede determinar no sólo esa información sino en muchos de los años, los alumnos y sus calificaciones.

Otro hito en la historia de la Escuela fue la fusión de ambas en una, quedó plasmada el 24 de Julio de 1885 al decretarse la nueva situación como Escuela Graduada de ambos sexos, aunque la concreción llevó un tiempo.

Y para terminar este trabajo, opino que al no ser posible determinar fehacientemente por ahora, el momento preciso de fundación, creo que se puede tomar cualquier fecha del segundo semestre del año como motivo para recordar la fundación de la escuela en 1849.

El día 10 de noviembre, al instalarse la Comisión Inspectora, certifica que el establecimiento funcionaba, pudiendo tomarse como una de estas fechas, haciendo la salvedad de lo antes desarrollado, pues la experiencia dice que pueden aparecer nuevos documentos que aclaren completamente el interrogante.



Ricardo César Brumatti
Historiador

jueves, 2 de abril de 2009

LA PLAZA “9 DE JULIO”





Cuando se fundó Diamante en 1836 en base al caserío que existía de hecho en Punta Gorda, se dejó expresamente un espacio destinado para plaza, que coincide con la ubicación de la actual “San Martín”.

Los 83 ranchos que formaban el pueblo según el censo de 1849, estuvieron diseminados sobre la lomada que hoy podemos más o menos precisar en el sector de calles 3 de Febrero, 9 de Julio, Etchevehere y Alem / Echagüe. La evolución de la población y el crecimiento de las actividades principalmente agrícolas, y en este caso la llegada de artículos destinados a su comercialización desde el resto del Departamento, llevaron a que se reservara un predio en unas de los sectores todavía no tan poblados, para que todo carruaje que entrara al pueblo debiera estacionar en él y pagar su correspondiente peaje. Así nació en 1872 la Plaza de “Carros y Frutos” por decisión del Jefe Político, coronel Valentín Gutiérrez.

Esta situación se mantuvo varios años, hasta que en 1880, ya instalada la Corporación Municipal, el municipal Andrés Casinelli presentó el proyecto para que se destinara como plaza y con la denominación "9 de Julio" a la que en 1872 se había creado para "Carros y Frutos". El 19 de setiembre se aprobó la ordenanza respectiva, precisando que "esta plaza que está ubicada a ocho cuadras de la plaza “Independencia”, al Sudeste, tendrá una y media manzana por cada costado, más dos calles, y lindan por el Sur con un terreno de la testamentaria de Pujato, al Oeste con Dña. Marcelina Pereira, Basilio Benavidez y Andrés Casinelli, al Norte con Cesario Albornoz, Donato Muñoz y Francisco Campi y al Este con terreno municipal. Cuando se juzgue necesario se instalará en esta plaza la Tablada y también de misma manera ordenará a los carros de la campaña hagan sus operaciones en este punto".

Es decir que más allá de la designación, su destino no varió demasiado. Tan es así que se volvió sobre el tema dos años después, cuando en febrero de 1882 y ante el patentamiento de vehículos que se había dispuesto y el temporario cese del cobro del peaje, se restableció ese impuesto a todo carro que entrara a la Villa con carga, salvo que estuviera patentado. Las tarifas fijadas eran: un Real Fuerte los carros de frutos, maderas o leña, y dos Reales Fuertes cualquier otra carga, destinándose expresamente la plaza "9 de Julio" para la parada de los vehículos y el expendio de las boletas de peaje, designándose a Dn. Eduardo Oberlín para cobrarlo.

Durante 1885 casi se modificó su nombre por cuestiones políticas del momento, al solicitar un grupo de vecinos para que se designara con el nombre de “General Racedo” a la plaza. Luego de discutirse el tema, el 19 de abril se decidió no hacer lugar al pedido, pues a pesar de considerarse una gran figura la de quien era el Gobernador, era más importante la fecha patria, y sí se aprobó que estando proyectado construir una “avenida boulevard” sobre la barranca, se lo podía bautizar con el referido nombre.

El primer antecedente de ornamentarla fue en 1888 durante la intendencia de Oberlín -el mismo que antes cobrara el peaje-, se formó una comisión "de construcción y embellecimiento" constituida por caracterizados vecinos, mientras que al año siguiente se procedió a alambrarla y ararla con el objeto de trasplantar árboles “en la época más conveniente”.

La inauguración del mercado, posibilitó centralizar las operaciones comerciales en ese punto y se descongestionó esas actividades en la plaza, comenzándose gradualmente a utilizarse como paseo, aunque su parte Este seguía siendo el lugar habitual de estacionamiento de los carruajes.

La plaza quedaría reducida a sus dimensiones actuales, luego que en agosto de 1919 a través de una nota del Consejo Escolar de Diamante, firmada por el Dr. Alfredo Materi y dirigida al Presidente del H.C.D., se solicitó que se destinara para la instalación de un parque escolar la mitad de la plaza, ocupada en ese momento por la arboleda. La decisión fue favorable y a fines de mes salió la ordenanza destinando la parte Este, situada entre las calles Buenos Aires, 3 de Febrero, Sarmiento y Pedro Serrano para ese fin, con la condición que si no se llevase a cabo la construcción del parque en dos años, quedaba sin efecto la cesión y si fuese abandonada, pasaría nuevamente a la Municipalidad con todas las mejoras introducidas, no pudiendo el Consejo de Educación hacer valer ningún derecho de propiedad.

En poco tiempo se instalaron algunos juegos, pero recién en 1924 se licitó la construcción del cerrado del Parque Escolar, que constaba de los cuatro frentes con sus correspondientes pilares de 30 cm. de diámetro, revoques y tejidos, algunos de los cuales aún hoy han quedado como testigos del momento.
En noviembre de 1925, la Municipalidad llamó a licitación para la instalación de luz eléctrica en la plaza y la construcción de 72 portalámparas, siendo aceptada la propuesta de la firma Colobig Hnos., procediéndose a realizar el trabajo a principios de 1926, artefactos que todavía adornan el lugar.

La instalación de uno de los elementos que identifican a la plaza: el gran mástil, llegaría diez años después. Fue una donación del Ejército Argentino, surgida en una visita realizada por el Inspector General del Ejército, General de Brigada Camilo Idoate, donde le prometió al intendente Domingo Dasso un mástil por parte del Regimiento 3 de Artillería, de 25 m. de alto en plaza "9 de Julio", como contribución al festejo del Centenario de la Ciudad durante 1936.

Lo curioso es que la fecha del centenario pasó y el mástil no estuvo listo, por lo que agregándose a la donación una bandera 6 x 4 m., se inauguró y bendijo finalmente el 25 de mayo de 1937, en celebración del 127º Aniversario de la Revolución de Mayo.

Durante 1936, al realizarse la pavimentación de calles de la ciudad, se resolvió que en las circundantes a la plaza “9 de Julio” y el Parque Escolar, se haría una calzada con doble franja de cinco metros de ancho cada una, separado por una rambla central de 3,60 metros de ancho, tomando así la característica que ha acompañado al lugar.

El que ha quedado olvidado y sin identificación en ese paseo, es el retoño del Pino de San Lorenzo, traído junto al de la plaza “San Martín” y plantado en un acto realizado el 25 de mayo de 1950, presidido por el intendente municipal Ernesto Mario Airaldi. Se trata del ejemplar ubicado inmediatamente al frente de la escalinata central sobre calle 9 de Julio.

El paseo tuvo algunas modificaciones en su imagen. En 1957 se construyeron las pérgolas sobre las ramblas; en 1972 se modificó el diseño de los canteros, cubriendo los mismos con césped, los caminos interiores se cubrieron con granza y polvo de tejas, se revistieron taludes existentes en los frentes de calles 9 de Julio y Moreno con piedras de la zona. En 1978 se terminó la nueva vereda sobre calle 9 de Julio y se comenzó la de calle 3 de Febrero.

Durante 1980 se acordó por Decreto el permiso para que ocupara el local de propiedad municipal en la plaza al señor Norberto Raúl Geuna con destino a Kiosco, el que sigue actualmente con las mejoras realizadas a través de estos años.

En 1989 se inauguró la remodelación de las veredas, confeccionadas con lajas hexagonales y construidas en el Corralón Municipal en número de 3.500 unidades.

A partir de 1997 se llevó a cabo la primer etapa de reestructuración de la plaza por parte de la Dirección de Obras Públicas, consistente en el arreglo del centro de la plaza, por lo se quitó el antiguo monolito allí ubicado, colocándose adoquines y se arreglaron las veredas diagonales.

Se continuaron trabajos de remodelación desde 2001 hasta el presente a cargo de la Dirección de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad. Las mismas se llevan adelante con personal de la misma y consisten en el cambio de las baldosas por losetas fabricadas en el corralón municipal, en todo el perímetro y las diagonales de la plaza, además se acondicionaron las escalinatas, tanto en calle 9 de Julio como en cortada Buenos Aires, cambiándose en este momento los adoquines del centro de la plaza. La segunda etapa se inauguró el 19 de octubre de 2003, incluyendo la fuente ornamental de la plaza.

Entre las obras de arte que la rodean, el más antiguo es el busto del general Urquiza y que llamativamente ha realizado un paseo por distintos puntos del lugar. En su momento la idea fue la de disponer de un busto del prócer que estuviera más cercano al centro, ya que el colocado al borde de la barranca en 1943 por la Liga Patriótica de Damas quedaba a trasmano para los actos cívicos (¿?). Inicialmente se pensó en inaugurarlo el 3 de febrero de 1950, pero la fecha finalmente fue el 9 de julio de 1951 en la esquina de Pedro Serrano y Cortada Janssen. En 1967 se lo trasladó al centro de la plaza "9 de Julio" para luego en noviembre de 1995 disponerse su emplazamiento en el cantero de Cortada Buenos Aires y Pedro Serrano. Tiene en su base una placa de bronce, con la leyenda: “La Municipalidad y el Pueblo de Diamante en homenaje al Cap. Gral. Don Justo J. de Urquiza - Gestor de la Organización Nacional - Vencedor de Caseros - Ilustre gobernante entrerriano - Diamante - 9 de Julio de 1951”.

Posteriormente se dispuso el emplazamiento de un busto del general Belgrano en la intersección de Moreno y 9 de Julio; en 1960 el de Mariano Moreno en Buenos Aires y 9 de Julio, y, últimamente el 12 de octubre de 2002, la escultura referida a la presencia aborigen en nuestra tierra “Hijos del barro”, obra de las artistas locales Mirna Mariela Cepeda y Carina Fabiana Vera.
Y por último mencionaré el pedestal y placa alegórica dedicada al Dr. Roque Sáenz Peña, nombre con que se designó al Parque Escolar en 1937 y que quedó adornando la esquina de Pedro Serrano y Buenos Aires. La placa tiene el texto: “Al ilustre Presidente Doctor Roque Sáenz Peña - que accediendo patrióticamente a los requerimientos de comicios honorables y garantidos, rubricó el capítulo dignísimo de la historia institucional Argentina, que confiere al Pueblo el pleno ejercicio de su soberanía. La Ley Electoral de la Nación. 9-7-937 - El Pueblo de Diamante”. La fecha grabada es del momento en que iba a inaugurar, cuestión que no ocurrió. Luego por dos veces durante 1938 se programó el acto y fue nuevamente prorrogado, no encontrando hasta ahora el antecedente que finalmente se halla llevado a cabo.

LA PLAZA “SAN MARTIN”




Cuando el 12 de febrero de 1836, el gobernador Pascual Echagüe remitió a la Sala de Representantes el proyecto de Ley sobre la fundación de un pueblo en Punta Gorda, y que el día 27 obtuvo sanción legislativa como la Ley de creación de la Villa del Diamante, su artículo 4º expresaba que “La plaza tendrá doscientas varas por frentes, las cuadras ochenta y las calles catorce de ancho”.

Para su cumplimiento, el ministro Carriego escribió el 12 de marzo a la Sala de Representantes, lo indispensable que era contratar un ingeniero para delinear la planta de los pueblos de La Paz y Diamante, porque el gobierno no tenía facultades para crear un cargo de Ingeniero Público, solicitándole que lo proveyera y señalare sus honorarios.

Dn. Juan Bautista André fue el nombrado "con el objeto de dar principio a los trabajos del arreglo que indispensablemente impone la formación del Pueblo del Diamante y otros de igual naturaleza". Realizó el primer mapa y amojonamiento del lugar, que seguramente lo terminó en poco tiempo, pues ha quedado registrado en un documento que el 8 de abril entregaron en Paraná a don Antonio Aratí el mapa del pueblo, que a su vez incluyó la lista de los individuos que tenían sitios y que debía ser entregado al comisionado Muñoz.

La entonces Villa del Diamante, caserío que existía de hecho, no sufrió ninguna transformación que pueda suponer un adelanto para sus habitantes, no tenían calles ni alumbrado público. La mayoría de los varones del pueblo integraban la compañía de milicias, cuyo jefe era el mismo Comisionado, y por largos y continuos períodos se ausentaban cumpliendo con las órdenes que se le impartían. Esta situación y otras, como el paso de Lavalle y su ejército en 1840, borró una gran parte de los mojones colocados.

Habiendo asumido Urquiza la gobernación, y luego de tranquilizado medianamente el marco militar que se daba en la provincia, a mediados de 1846 se hizo cargo de la comandancia del pueblo don Martín Ruiz Moreno, reemplazando a Valentín Gutiérrez, que estuvo a su frente interinamente por el fallecimiento del capitán Muñoz, en el combate de India Muerta.

Justamente fue Ruiz Moreno quién recibió una orden relativa a la organización catastral del pueblo, informando la situación al gobernador Delegado Antonio Crespo, que “su delineación está todo borrada y V. E. dispondrá lo que convenga para el efecto”. Con tal motivo, el gobierno provincial encomendó durante ese año, para que completara la correspondiente delineación a don Ruperto Pérez. Terminaría luego la tarea con otros detalles, el agrimensor Francisco Solano Crespo.

En cuánto a la delineación practicada para recomponer lo anteriormente realizado por André, seguramente se debe haber modificado parte de la planta original, por ejemplo lo reservado expresamente para plaza, pues la lectura de lo expresado en distintos oficios por Pérez y el cambio en cuanto a sus dimensiones da lugar a la duda. Hasta puede pensarse en un cambio de su ubicación, sobre lo cual opino que no, pues en menos de dos años, durante 1848 asumió Luis Hernández como Comandante Militar, y en varios documentos firmados por él confirman la existencia de la plaza sin observarse ningún párrafo que acrediten algún cambio.

En 1849 comenzó la primera gran obra pública: el templo, y su lugar de construcción lo acredita la nota que oficialmente envió Hernández el 15 de octubre, relativo a la comisión que se había nombrado por orden del Ministro "para inspeccionar, activar y correr con las cuentas de la obra del estado de que hoy se dio principio en la plaza del pueblo, para que en vista de ella V. S. delibere lo que fuere de superior aprobación”.

No encuentro otros antecedentes sobre una posible ornamentación de la plaza hasta 1865, cuando el ya jefe político Bernardino Ramírez, escribió en las memorias que elevó al gobierno provincial: "El producido de multas es destinado a la mejora de obras públicas. En los últimos meses del presente año se ha invertido en costear el establecimiento del alumbrado público para la plaza de esta Villa, en un orden proporcional y la plantación y conservación de árboles para el adorno de la misma plaza, en que se han colocado hermosos naranjos como uno de los árboles más permanentes en su perspectiva de verdor y entereza, atendiendo también a la compostura del camino y cuesta del puerto que por su mala condición precisa frecuentes composturas".

La creación de la Corporación municipal en 1873, que como parte de sus atribuciones era el ornato y limpieza de las calles, veredas, plazas, caminos y puentes en el radio de los pueblos y sus ejidos, decidió llamar a licitación para cerrar la plaza con medios postes y alambres, fijando con ese motivo carteles en los parajes públicos de costumbre.

El movimiento revolucionario jordanista en mayo, hizo que la Corporación dejara de funcionar de hecho y las tareas fuera absorbidas por el Jefe Político. Así es que durante el año siguiente, el oficial de la guardia de seguridad Justo Rodríguez, recibió tres pesos bolivianos para cuatro soldados que trabajaron en el arreglo de la plaza. También a Dn. Francisco Albornoz le abonaron dieciséis pesos bolivianos por colocar el alambre, hacer cuatro postes y sus agujeros y los cruceros de entrada.

A principios de 1875, el entonces jefe policial Francisco Acebal organizó una comisión integrada por vecinos para que se encargara del arreglo de la plaza, presidiéndola don Demetrio García, a quién el Receptor de Rentas, que era el encargado de la recaudación de los impuestos, le entregó la cantidad de veinticinco pesos fuertes para los gastos de la misma.

La reorganización del gobierno municipal durante 1877 y el progreso que se evidenciaba en la Villa, trajo aparejada la idea de arreglar el paseo aludido. El 5 de setiembre de 1877 se acordó sacar a licitación por propuestas cerradas, la construcción de los dos caminos transversales de la plaza, las gradas de entradas en la esquina Sudeste y Nordeste, con un cordón y pared de diez varas que afianzara el terreno. En el centro de la plaza se construiría otro camino semicírculo arreglado al plano confeccionado al efecto. Los caminos y gradas serían hechos en cordones, de medio ladrillo parado y asentado en cal, y en el centro de los caminos un poco abovedados y rellenados con una capa de cuatro pulgadas de espesor de pedregullo bien pisado.

Mientras tanto hasta ese momento los arreglos lo llevaban a cabo los presos, a quienes la Municipalidad en retribución les pagaba el racionamiento.

El 8 de octubre se procedió a la apertura de los sobres de la licitación, la que fue ganada por Dn. Juan Bottazzini con la garantía de Dn. Pedro Caviglia, comprometiéndose a realizar los trabajos de la plaza por doscientos veinticinco pesos bolivianos metálicos. De ese modo, la plaza comenzaba a tener forma y era noticia en octubre en el periódico paranaense “El Argentino” “se está arreglando la plaza, enveredándose y nivelando".

Estando casi listas las obras, en noviembre la Municipalidad estatuyó la designación de "Independencia" para ella, nombre que la acompañó hasta que al conmemorarse el Año del Libertador General San Martín, el 14 de junio 1950 se impuso por ordenanza Nº 14/50 el nombre de “General José de San Martín”, decidiéndose además construir un monolito recordatorio, en el cual se colocó una placa para ser inaugurada el 17 de agosto con motivo de cumplirse el primer centenario del fallecimiento del prócer.

A partir de allí las mejoras fueron permanentes. Durante 1878 se le colocaron cien carradas de "pedreguyo" y se colocó en el centro de la plaza principal, un farol con la capacidad suficiente para tres luces a kerosén.

Al año siguiente, el comentario del Jefe Político al Ministro de Gobierno, era que "La plaza principal adornada con algunos bancos, continuamente recibe la adquisición de buenas plantas y arbustos traídas desde Buenos Aires, así es que se encuentra perfectamente, concurre a ella todos los días feriados una banda de música que sostiene el pueblo y la Municipalidad, siendo muy notoria la falta de ayuda por parte del gobierno. Se compone de diez músicos y toca bastante bien".

Nuevamente se planeó agregarle veredas en 1881, llamándose a licitación para la provisión de cuarenta mil ladrillos para ese fin, aclarándose que "el ladrillo que se propondrá, debe ser cuadrado en forma de baldosa, con las ligas necesarias a fin de que sea bien liso y fuerte para el objeto que se destina".

En poco tiempo se le mandó a construir faroles y bancos, los que serían aumentados en su cantidad, cuando en 1888 se decidió dotarlo de 18 bancos y 18 faroles para ser colocados en el lugar.

Durante la gestión de Braulio del Corral como Presidente de la Municipalidad en 1890, se dotaron a los caminos cruceros de la misma con un piso de hermosa piedra de Hamburgo y se plantaron una gran cantidad de árboles de adornos.

Al ocupar la jefatura de policía don Carlos Chamussy en 1906, previo permiso de la Municipalidad, tomó a cargo de la repartición el arreglo y la conservación de la plaza, hermoseándola con jardines e instalando aguas corrientes.

Al llegar 1917, se aceptó la donación del caracterizado docente José F. Ostriz de tres plantas de palmeras con ese destino, las que todavía están en pie.

Vista la propuesta en 1936 de la firma comercial Tachella Hnos. solicitando la autorización para instalar un surtidor de nafta "Texaco" frente al kiosco allí existente, se decretó concederlo, dando lugar a que por bastante tiempo tuviera la imagen que sirvió de tema a postales de la época.

El busto del general San Martín fue donado en 1941 por parte del Regimiento 3 de Artillería, para luego dos años más tarde hacer lo mismo con el mástil de hierro, que se emplazó a su lado, sirviendo del punto donde se realizan los principales actos cívicos en la ciudad.

Es conveniente aclarar que con motivo de una tormenta, se produjo la caída desde el pedestal del referido busto, deteriorándose totalmente, por lo que el 16 de enero de 1980 se adjudicó la compra de un busto del prócer al escultor entrerriano Manuel Eduardo Gericke de la ciudad de Paraná, que lo construyó en material de revestimiento de cobre cerámico, con unas dimensiones de 1,10 m. de altura por 0,55 m. de base.

A esto se agregaría el retoño del histórico Pino de San Lorenzo, cuando el 25 de mayo de 1950 se realizó un acto con la presencia de autoridades y de gran cantidad de público, presidido por el intendente municipal Ernesto Mario Airaldi, procediéndose a plantarlo.

El viejo kiosco fue reemplazado en 1978, al autorizarse a construir al señor Miguel Ángel Pérez por su cuenta uno nuevo, en la esquina de Urquiza y Echagüe. A raíz de ello se sacó el anterior, que fue colocado por un tiempo en la vereda del hospital, en la esquina de Urquiza y Serrano.

Durante 1993 se dieron comienzo las obras de remodelación de la plaza, las que fueron inauguradas el 21 de agosto del año siguiente, silueta que acompaña desde ese momento al nuestro principal paseo.

Existen varios elementos que adornan el lugar, Seguramente el más antiguo es la artística fuente, construida e instalada en 1915 por el constructor Mássimo de Monte.

Otro es el monolito a Antonio Rivero, inaugurado el 18 de octubre de 1974 por Ordenanza Nº 100/74. Lo acompaña una placa de bronce con la inscripción: "El Pueblo de Diamante a Dn. Antonio Rivero, digno defensor de la Soberanía Nacional en las Islas Malvinas". Abajo hay otra placa que dice: Plaza “San Martín”.

Al cumplirse el sesquicentenario de la fundación de Diamante el 27 de febrero de 1986, se colocó una alegoría recordatoria, con la leyenda: “El Pueblo de Diamante a su Ciudad en el 150º Aniversario - 27 de febrero - 1836 – 1986.

La obra está formada por dos planos de mármol cruzadas, una de las cuales tiene calada las formas del departamento Diamante, cuyo diseño corresponde al estudio Recalde-Morales. Las planchas de mármol utilizadas, pertenecieron a las mesadas del mercado y fue realizado por don Miguel Seves. El escudo de Diamante que adorna el trabajo, realizado en bronce, es obra del maestro de la E.E.T. Nº 1 Dn. Marcelino Burne.

También está el cañón viejo modelo, traído a través de las gestiones y posterior donación del Centro de Suboficiales Retirados de Diamante, dirigidas por Marcelo Dayer. Al festejarse el centenario de la creación del 3 de Artillería el 31 de julio de 1990, se llevó a cabo un desfile cívico-militar, descubriéndose una base sobre el cual fue colocado. Fue bendecido por el cura párroco P. Pedro Dieser.
Tiene una placa en la base con la leyenda: El Centro de Suboficiales Retirados de Diamante (E.R.) al Regimiento 3 de Artillería en su Centenario - 1890 - Julio 31 - 1990.

HISTORIA DEL “CRISTO PESCADOR” EN DIAMANTE





En la comunidad del Centro “San Roque” de Diamante, comienza por el año 2002 a gestase la idea de hacer una escultura con la advocación de “Cristo Pescador”, en homenaje a las tantas bendiciones que reciben los habitantes de su zona de influencia.

Al comentarse y referirse tal posibilidad, con mucha ambición se pensaba que podría tener entre tres o cuatro metros de altura.

Entre un ir y venir de consultas a personas entendidas en la parte técnica y artística, se fue arribando a la conclusión de que, desde los talleres del mismo Centro, aprovechando a su gente, conocedora del tema, no era posible lograr tal imagen.

En el año 2003, en una de sus vacaciones en Concepción del Uruguay, la Hna Myria Isabel, conoció una bellísima imagen de la Virgen Milagrosa, de cinco metros de altura.

Allí comenzó a vislumbrar que sus proyectos eran posibles, que el soñado “Cristo Pescador” se convirtiera en realidad, preguntando entre sus familiares quién era el autor, entrevistó al Sr. Andrés Mirwald, residente en el lugar.

Mirwald, un santafesino por nacimiento y entrerriano por adopción, le hizo conocer su larga trayectoria en monumentos y esculturas de distintos tamaños, la mayor parte de ellas de grandes dimensiones.

De su oficio y calidad de obras no había dudas, pero el mayor impedimento era conseguir un tiempo o un “turno” para concretar algo, con respecto al posible Cristo Pescador.

En este trayecto de espera, se presentó a su vez, en Diamante, otro escultor, quien propuso hacer una imagen de Cristo Rey.

En una entrevista con él se le solicitó cambiar esta advocación por la de Cristo Pescador, y aceptó la idea. El problema, en cambio, era el compromiso contraído anteriormente con Andrés Mirwald. Se intentó que ambos hicieran un trabajo conjunto. Andrés aceptó gustoso, no así el otro escultor, quien prefería realizarlo solo.

Ante estas dos alternativas, y viendo la propuesta concreta de cada uno, se decidió por la de Andrés, cuya maqueta ofrecía más riqueza de creatividad y una alternativa más cercana a lo que había sido el primer sueño.

En enero de 2005, ya se pudo organizar una visita del artista a Diamante, para conocer el lugar y realizar un primer estudio del terreno, hecho que por distintos motivos se concretó recién en el mes de mayo.

Después de un encuentro con el equipo técnico de la Municipalidad, estando presente el Ing. Carlos Pez y el Arq. Hugo Rodríguez, se expuso las exigencias de la obra que tendría finalmente 12 metros de altura, haciéndose referencia a las implicancias de su costo, quedando aprobada su realización por el intendente Carlos Darrichón.

Para financiar la obra se estableció que la Municipalidad se haría cargo del pago de la mano de obra del artista y sus ayudantes, y que desde el “San Roque” se recaudaría el dinero para el pago de los materiales.

A partir del 10 de junio, Andrés Mirwald se estableció en el Centro para dar comienzo a la obra, asignándose como el lugar mas apropiado, el pequeño parque situado frente a las instalaciones del mismo.

El terreno, luego de su estudio, resultó ser apto, como también la ubicación, por la altura natural que ofrecía, y que permitiría que se visualizara desde muy lejos, especialmente desde el río.

El tratamiento que se le dio a la base de la obra, que tiene la forma de una gran cruz, fue muy riguroso. La primer capa fue de broza compactada, una donación de las canteras de la familia Ricle. La segunda se hizo mediante la colocación de diez rieles, de 10 metros cada uno, a una distancia de un metro entre sí y luego rellenadas con broza mejorada. La última capa que ya tiene la forma de todo el monumento, es de hormigón. A partir de este tratamiento se comenzó la obra de levantar la figura de Cristo, como tal.

Las personas afectadas por la Municipalidad para el trabajo conjunto con el artista, fueron tres obreros, ofreciendo también su valiosa ayuda, en forma voluntaria y mediante horas extra, dos empleados del Centro.





En diciembre de 2005, la obra se encontraba terminada en un 80%. Muy entusiasmado comentaba el autor, que el Cristo “con su mano derecha está bendiciendo, mientras con la otra mano va a recoger la red, que se colocará al final de la obra. La proa de la embarcación sobre la que se levanta la obra, se encuentra oculto un sistema que va vertiendo agua por un meandro que desemboca en un aljibe que se encuentra en el lugar desde hace más de 100 años, y que perteneció a la familia Soria, que habitó por años el lugar, antes que el predio fuera donado al Centro “San Roque”. El agua que verterá la obra, en el momento de la inauguración será bendecida, por lo que el que quiera acercarse al lugar para llevar su agua bendita lo podrá realizar”.

Casi finalizando, en febrero de 2006 se cumplía otra etapa. Don Andrés ya en los últimos detalles, le daba al manto una tonalidad azul de aspecto rústico, trepado en el hidroelevador municipal, que es lo que le permitía llegar a esa altura. Además se colocó dentro de la estructura, a la altura del corazón, los cuadernos conteniendo los nombres de quienes colaboraron con la construcción de diferentes maneras.

Y llegó el gran día del acto inaugural, domingo 26 de marzo, momento que ha quedado registrado en nuestra historia, la comunidad del Centro San Roque, contando con la presencia del Obispo, Mons. Mario Maulión, del presidente municipal Juan Carlos Darrichón y demás autoridades provinciales, y municipales, Fuerzas de Seguridad, abanderados de las Instituciones y muchos diamantinos que se dieron cita allí para celebrar tal acontecimiento espiritual.

Allí, el Presidente Municipal le hizo entrega del Decreto Nº 83/06 declarando Huésped de Honor de la ciudad a Mons. Maulión, para luego dar lectura al Dec. Nº 244/05 donde se declaró de Interés Municipal a este Monumento.

A continuación, Andrés Mirwald hizo entrega de la obra a la responsable del Centro San Roque, Hermana Myria, quién la recibió con palabras de agradecimiento hacia toda la comunidad, destacando lo importante que resulta esta imagen para los Católicos, el Cristo bendiciendo y arrojando la red que recoge nuestras súplicas.

Bendijo luego el Obispo el agua y la imagen, previa colocación en su interior de un cofre conteniendo reliquias de Santos, Tierra Santa y agua de Lourdes y Fátima, cerrándose con la siguiente inscripción “Este sello protege las sagradas reliquias que alimentan el espíritu de esta imagen”.

Para finalizar la jornada inaugural, se escuchó la “Oración al Cristo Pescador” autoría de la Hermana Myria, repartiéndose pan bendito.

Al año siguiente, se agregaría otro elemento al parque, al inaugurarse el 7 de setiembre el mural de "Nuestra Señora de los Cántaros", obra también de la Hna. Myria, colocado a la izquierda del monumento, pues según la autora donde está Jesús no puede faltar su madre.

El mural cerámico hace alusión a la Virgen María en la Boda de Canáa. El entorno artesanal, en albañilería estuvo a cargo de José Arismendi, Darío Zapata y Paolo Correa, personal del “San Roque”.


Escribió Andrés Mirwald sobre su obra, al momento de comenzarla:
“El Cristo Pescador, un faro de fe y esperanza naciendo en Diamante
Con el solemne silencio de nuestras barrancas, sólo rozado por el casual canto de un ave o la lejana gravedad de la voz de un barco, despierta, en el predio del Centro “San Roque”, la imagen de CRISTO PESCADOR.
Historia de lucha, desvelos y constancia, este alumbramiento se alimenta de corazones puros, de aquellos que apuestan al porvenir, de los que aún siembran esperanza en los hijos.

En este verde parque de 1.400 metros cuadrados, nuestro Cristo se erigirá a 12 metros de altura. Pero más allá de números, materiales y datos técnicos, la imagen de la proa de la embarcación, nos mostrará el derrotero a seguir.
Bendiciéndonos con su diestra, arrojará, con su otra mano, su red de amor hacia nosotros. Red que no somete ni aprisiona, red que nos rescata y nos libera de las tinieblas, conduciéndonos hacia un mundo de luz eterno, por el camino del bien.
Desde el CRISTO PESCADOR, hasta un antiguo aljibe, entre piedras que lo guían, un hilo de agua correrá libremente, Esta agua apagará la sed de nuestras dudas, dolores y necesidades.
BIENAVENTURADO AQUEL QUE LA RECIBA EN SUS MANOS, PORQUE RECIBIRÁ LA BENDICIÓN DEL SEÑOR!


Diamante, 28 de agosto de 2008