domingo, 19 de abril de 2009

158º Aniversario de la Escuela Nº 1 “Independencia”





En la etapa histórica que fue fundada Diamante, la Provincia vivió una profunda crisis a la cual no fue ajena la educación, siendo una de las causas por lo que no hemos encontramos hasta ahora, antecedentes que avalen el funcionamiento de escuelas en nuestra zona en el período 1836 a 1848.

A partir de este último año, la obra organizadora del general Urquiza tuvo en cuenta la creación en el orden local de las primeras instituciones. Abrieron sus puertas la Comandancia Militar, la Receptoría de Rentas, se habilitó el puerto, y al otro año se creó el departamento Diamante, comenzándose dos obras fundamentales para un pueblo que comenzaba a formarse: el templo y la escuela.

La primera, con fondos del tesoro provincial, se realizó a cargo de una Comisión Administradora y fue concretada entre 1848 a 1851. Tiene la particularidad que su historia se entremezcló con la leyenda que afirmaba que iba a ser inicialmente una escuela, cuestión no cierta, pues desde el primer momento tuvo la finalidad religiosa, como lo indica la exhaustiva documentación archivada de su construcción.

La segunda obra, surgió al producirse la apertura de una red de escuelas públicas a lo largo y ancho de la provincia, centralizadas en su administración con la creación el 29 de agosto de 1849, de la Junta Directiva Central de Escuelas Primarias, editándose ese día en forma impresa el “Reglamento para las Escuelas de Primeras Letras de la Provincia”.

Este ente, regido por una comisión constituida por un Presidente, siete Vocales y un Inspector Visitador General, tuvo como objetivo principal llevar a cabo la enseñanza obligatoria y gratuita a todos los niños de seis a trece años. Para ello se determinaron los métodos de enseñanzas más modernos y se contrataron los mejores maestros del momento.

El 5 de enero de 1849, el comandante militar del Diamante coronel Luis Hernández le hizo saber al ministro de gobierno general Galán, que había tomado las medidas para comenzar con la obra del local para la escuela y el rancho con destino a la residencia del maestro y su familia.

El edificio escolar se trataba de una casa de ladrillos con techo pajizo, ubicada en el terreno fiscal detrás de la iglesia, dando su frente, por los antecedentes que encuentro, a la hoy calle Belgrano.

Ante la aparición de nuevos datos, permite suponer que el nombramiento del primer preceptor fue sugerencia del gobierno provincial al comandante Hernández, que ante la falta de personal capacitado en nuestro pueblo, le indicaron la designación en la persona de don Valentín Zamora.

De origen santafesino, Zamora había nacido en 1875 y de joven se afincó en Paraná, donde contrajo matrimonio con Rafaela Ibáñez. Inició sus actividades docentes en 1820. En 1842, al suprimirse el empleo que ocupaba de Preceptor de la Escuela de Primeras Letras en la capital provincial, abrió una escuela particular que funcionó hasta 1846, favorecido por los subsidios que le abonaban desde el Estado, que al no continuar su recepción, motivó el cierre del establecimiento.

Su ilustración y cultura permitió que accediera a cargos en el estado provincial, siendo nombrado entre otros empleos en abril de 1848, como Secretario de la Comandancia General del 1º Departamento Principal en Paraná. Allí lo encontró el momento en que se le ofreció ser el Preceptor para Diamante, con una edad de 63 años.

Lo que no he localizado son dos detalles que completarían esta historia: cuando comenzaron las clases en la escuela y cual fue la fecha precisa del nombramiento de Zamora, lo que debe suponerse que ocurrió posiblemente en el mes de julio, por los siguientes motivos que podemos considerar: su anterior cargo, y luego, si observamos los nombramientos de los preceptores de las escuelas del distrito del departamento Diamante entre julio y agosto de 1849: en distrito Salto: Baltazar Echagüe, en Costa Grande: Severo Uriarte y en Palmar: José María Calderón, es razonable pensar que en la cabecera departamental tiene que haber ocurrido al mismo tiempo o algunos días antes. De todas maneras, estas designaciones, a pesar que comenzaron a ser liquidados sus sueldos, no necesariamente significaron la apertura inmediata de las aulas en esos lugares, como normalmente ocurría en la época.

Creo que corresponde comentar que todas estas escuelas eran solamente para alumnos varones.

Otro paso ocurrió el 10 de noviembre, cuando se nombró la Comisión Inspectora de la Escuela de Primeras Letras en el Diamante, siendo designados como integrantes: Presidente: Dn. Antonio Ríos y como Vocales: Domingo Madolell, Benito Pujato y Manuel Agulla.

Pero indudablemente el empleo ofrecido no cubrió las expectativas de don Valentín, pues a fin del año 1849 elevó su renuncia. Lo cierto y más allá del tiempo que pudo ejercer, tuvo el honor de ser el primer maestro local.

El reemplazante fue don Benito de la Torre, dado de alta con fecha 15 de enero. El nuevo Preceptor, del que no he encontrado mayores antecedentes de su actuación, salvo las planillas de sueldo liquidados, tuvo una duración efímera, ya que el 31 de agosto de ese mismo año, por nota, el receptor de rentas Agulla y a la vez integrante de la Comisión Escolar recibió la orden de pagar a partir del día 14 la suma de $ 25 al “patriota Federal” Dn. Juan Méndez, nombrado maestro de escuela de esta Villa.

La actividad de la escuela se vio ensombrecida el 4 de febrero de 1851, cuando se produjo el incendio total del Establecimiento. El comandante militar Luis Hernández, tomó medidas inmediatas para solucionar el problema y el mismo día se comunicó con el ministro Galán para coordinar la reconstrucción. Ello comenzó el 10 de febrero y se concluyó el día 27.

Al cesar en sus funciones el preceptor Méndez el 6 de abril de 1852, el Gobierno de la Provincia lo reemplazó por José María Calderón, ex Preceptor de la Escuela del distrito del Palmar que fue cerrada, trasladándose los niños a Diamante. En vista de la cantidad de alumnos, se designó para ocupar el cargo de Ayudante a Vicente Madolell. Calderón permanecería por un lapso de 10 años al frente de la institución.

En esta situación funcionó nuestra escuela hasta el año 1860, cuando al crearse el Consejo de Instrucción Pública de la Provincia, con la misión de la dirección inmediata y vigilancia de los establecimientos educacionales, especialmente los primarios, reglamentando sus funcionamientos y los programas de enseñanza. Con la creación también ese año del régimen municipal en el ámbito de la Provincia, las escuelas pasaron a la órbita de las municipalidades, y en el caso de no haberlas, como en el caso de Diamante, el que tuvo esa responsabilidad fue el Comandante Político a través de una Comisión que presidía. En nuestro caso fue Bernardino Ramírez quien ocupaba el cargo en cuestión, nombró a Dn. José Gómez Memendí como preceptor en reemplazo de Calderón, que asumió como Juez de Paz del Departamento.

También fue organizada y abrió sus puertas en ese momento la Escuela de Niñas, donde fue nombrada la señorita Carmen Ríos, quien estuvo a cargo del establecimiento hasta la década del '70. El local para su funcionamiento fue alquilado, pero no he localizado referencias exactas de su ubicación, al no existir en ese momento nombres de calles. En ese período contrajo matrimonio con Madolell, apellido que agregó a su firma y luego apareció en las planillas que elevaba. A ella la registramos como la primera maestra en nuestro medio.

Con el fin de supervisar el movimiento administrativo y el resultado de la enseñanza, cada escuela llevaba cuatro libros de registros: de Matrículas, de Asistencia Diaria, Trimestral y Registro de Niños que se hubieran destacado.

El 1º de diciembre, como producto de los problemas en nuestro país, en el ámbito provincial hubo un reacomodamiento interno y entre los cambios que se produjeron, fue el regreso del manejo de la educación pública a la provincia.

Ante la necesidad de contar con edificios adecuados para la actividad escolar, a mediados del año 1872, el gobierno provincial licitó la construcción de edificios para escuelas en varios departamentos, entre ellos fue considerado uno para Diamante. El 6 de agosto el entonces jefe político de Diamante coronel Gutiérrez elevó al ministro de gobierno Secundino Zamora la única propuesta presentada por el constructor Pedro Conconi. Ella fue aprobada y el 15 de noviembre se llevó a cabo el acta entre las partes para proceder a la construcción el edificio de acuerdo al pliego de condiciones.

Cronológicamente, hizo su aparición quien luego tuvo una descollante actuación pública en nuestro medio: don Pedro Camarero, y fue a causa de que se juzgó urgente reemplazar al preceptor de la Escuela de Varones Narciso Acosta, debido a una serie de anormalidades en la misma. Este se hizo cargo el 4 de diciembre, confeccionando el correspondiente inventario detallado del edificio y mobiliario.

El 1º de mayo de 1873, cuando las fuerzas jordanistas tomaron el pueblo y derrocaron a las autoridades de la Corporación Municipal, que no se volvería a reorganizar hasta 1877, los preceptores continuaron dando clase con todas las limitaciones propias de la situación, pero lamentablemente se interrumpieron las obras del nuevo edificio para albergarlas. Recién en 1874 se continuaron, finalizándose antes de fin de año, lo que permitió que el ciclo escolar de 1875 se iniciara en ella.

Su ubicación fue en el solar frente a la plaza principal, sobre calle Urquiza, aunque recostado sobre la actual calle Echagüe, pues la media cuadra hacia el Este pertenecía a la familia de Rudesindo Ruiz Moreno. Es la misma manzana del que ocupa la hoy Escuela Nº 1 y cuya imagen del frente del edificio se puede apreciar en una foto mural que se encuentra en la Dirección de dicha institución.

Y permítaseme aclarar una vez más la cuestión que vengo estudiando desde años, con respecto a la versión oficial tenida en cuenta durante años sobre la fundación de la hoy Escuela Nº 1 “Independencia”, según lo publicado en 1975 para celebrar el Centenario, considerándose solamente, creo yo, la documentación que se halló en la escuela. Se expresó en ese momento que se tomó como base la escuela de Varones, que en realidad como vemos en este trabajo, se creó mucho antes y en 1875 se trató sólo de la habilitación del nuevo edificio con destino a ambas escuelas. Vemos el ejemplo de Camarero, el preceptor que fue nombrado en 1872, estuvo en el momento de la apertura del nuevo edificio y como he desarrollado permaneció hasta 1878. Y por una cuestión de razonamiento, entiendo que hubo una continuidad desde 1849 hasta este momento, pues esta escuela funcionó con su presupuesto anual, los nombramientos se efectuaron oficialmente y con sus respectivos decretos, en la mayor parte de los casos de efectuaron los consabidos inventarios de recepción, se elevaron las memorias anuales muchas de ellas conservadas actualmente, se realizaron inspecciones conservadas en los libros para ese fin. Además se publicó que desconocían sus Directores hasta 1890, cuando con la documentación archivada se puede determinar no sólo esa información sino en muchos de los años, los alumnos y sus calificaciones.

Otro hito en la historia de la Escuela fue la fusión de ambas en una, quedó plasmada el 24 de Julio de 1885 al decretarse la nueva situación como Escuela Graduada de ambos sexos, aunque la concreción llevó un tiempo.

Y para terminar este trabajo, opino que al no ser posible determinar fehacientemente por ahora, el momento preciso de fundación, creo que se puede tomar cualquier fecha del segundo semestre del año como motivo para recordar la fundación de la escuela en 1849.

El día 10 de noviembre, al instalarse la Comisión Inspectora, certifica que el establecimiento funcionaba, pudiendo tomarse como una de estas fechas, haciendo la salvedad de lo antes desarrollado, pues la experiencia dice que pueden aparecer nuevos documentos que aclaren completamente el interrogante.



Ricardo César Brumatti
Historiador

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