jueves, 2 de abril de 2009

LA PLAZA “9 DE JULIO”





Cuando se fundó Diamante en 1836 en base al caserío que existía de hecho en Punta Gorda, se dejó expresamente un espacio destinado para plaza, que coincide con la ubicación de la actual “San Martín”.

Los 83 ranchos que formaban el pueblo según el censo de 1849, estuvieron diseminados sobre la lomada que hoy podemos más o menos precisar en el sector de calles 3 de Febrero, 9 de Julio, Etchevehere y Alem / Echagüe. La evolución de la población y el crecimiento de las actividades principalmente agrícolas, y en este caso la llegada de artículos destinados a su comercialización desde el resto del Departamento, llevaron a que se reservara un predio en unas de los sectores todavía no tan poblados, para que todo carruaje que entrara al pueblo debiera estacionar en él y pagar su correspondiente peaje. Así nació en 1872 la Plaza de “Carros y Frutos” por decisión del Jefe Político, coronel Valentín Gutiérrez.

Esta situación se mantuvo varios años, hasta que en 1880, ya instalada la Corporación Municipal, el municipal Andrés Casinelli presentó el proyecto para que se destinara como plaza y con la denominación "9 de Julio" a la que en 1872 se había creado para "Carros y Frutos". El 19 de setiembre se aprobó la ordenanza respectiva, precisando que "esta plaza que está ubicada a ocho cuadras de la plaza “Independencia”, al Sudeste, tendrá una y media manzana por cada costado, más dos calles, y lindan por el Sur con un terreno de la testamentaria de Pujato, al Oeste con Dña. Marcelina Pereira, Basilio Benavidez y Andrés Casinelli, al Norte con Cesario Albornoz, Donato Muñoz y Francisco Campi y al Este con terreno municipal. Cuando se juzgue necesario se instalará en esta plaza la Tablada y también de misma manera ordenará a los carros de la campaña hagan sus operaciones en este punto".

Es decir que más allá de la designación, su destino no varió demasiado. Tan es así que se volvió sobre el tema dos años después, cuando en febrero de 1882 y ante el patentamiento de vehículos que se había dispuesto y el temporario cese del cobro del peaje, se restableció ese impuesto a todo carro que entrara a la Villa con carga, salvo que estuviera patentado. Las tarifas fijadas eran: un Real Fuerte los carros de frutos, maderas o leña, y dos Reales Fuertes cualquier otra carga, destinándose expresamente la plaza "9 de Julio" para la parada de los vehículos y el expendio de las boletas de peaje, designándose a Dn. Eduardo Oberlín para cobrarlo.

Durante 1885 casi se modificó su nombre por cuestiones políticas del momento, al solicitar un grupo de vecinos para que se designara con el nombre de “General Racedo” a la plaza. Luego de discutirse el tema, el 19 de abril se decidió no hacer lugar al pedido, pues a pesar de considerarse una gran figura la de quien era el Gobernador, era más importante la fecha patria, y sí se aprobó que estando proyectado construir una “avenida boulevard” sobre la barranca, se lo podía bautizar con el referido nombre.

El primer antecedente de ornamentarla fue en 1888 durante la intendencia de Oberlín -el mismo que antes cobrara el peaje-, se formó una comisión "de construcción y embellecimiento" constituida por caracterizados vecinos, mientras que al año siguiente se procedió a alambrarla y ararla con el objeto de trasplantar árboles “en la época más conveniente”.

La inauguración del mercado, posibilitó centralizar las operaciones comerciales en ese punto y se descongestionó esas actividades en la plaza, comenzándose gradualmente a utilizarse como paseo, aunque su parte Este seguía siendo el lugar habitual de estacionamiento de los carruajes.

La plaza quedaría reducida a sus dimensiones actuales, luego que en agosto de 1919 a través de una nota del Consejo Escolar de Diamante, firmada por el Dr. Alfredo Materi y dirigida al Presidente del H.C.D., se solicitó que se destinara para la instalación de un parque escolar la mitad de la plaza, ocupada en ese momento por la arboleda. La decisión fue favorable y a fines de mes salió la ordenanza destinando la parte Este, situada entre las calles Buenos Aires, 3 de Febrero, Sarmiento y Pedro Serrano para ese fin, con la condición que si no se llevase a cabo la construcción del parque en dos años, quedaba sin efecto la cesión y si fuese abandonada, pasaría nuevamente a la Municipalidad con todas las mejoras introducidas, no pudiendo el Consejo de Educación hacer valer ningún derecho de propiedad.

En poco tiempo se instalaron algunos juegos, pero recién en 1924 se licitó la construcción del cerrado del Parque Escolar, que constaba de los cuatro frentes con sus correspondientes pilares de 30 cm. de diámetro, revoques y tejidos, algunos de los cuales aún hoy han quedado como testigos del momento.
En noviembre de 1925, la Municipalidad llamó a licitación para la instalación de luz eléctrica en la plaza y la construcción de 72 portalámparas, siendo aceptada la propuesta de la firma Colobig Hnos., procediéndose a realizar el trabajo a principios de 1926, artefactos que todavía adornan el lugar.

La instalación de uno de los elementos que identifican a la plaza: el gran mástil, llegaría diez años después. Fue una donación del Ejército Argentino, surgida en una visita realizada por el Inspector General del Ejército, General de Brigada Camilo Idoate, donde le prometió al intendente Domingo Dasso un mástil por parte del Regimiento 3 de Artillería, de 25 m. de alto en plaza "9 de Julio", como contribución al festejo del Centenario de la Ciudad durante 1936.

Lo curioso es que la fecha del centenario pasó y el mástil no estuvo listo, por lo que agregándose a la donación una bandera 6 x 4 m., se inauguró y bendijo finalmente el 25 de mayo de 1937, en celebración del 127º Aniversario de la Revolución de Mayo.

Durante 1936, al realizarse la pavimentación de calles de la ciudad, se resolvió que en las circundantes a la plaza “9 de Julio” y el Parque Escolar, se haría una calzada con doble franja de cinco metros de ancho cada una, separado por una rambla central de 3,60 metros de ancho, tomando así la característica que ha acompañado al lugar.

El que ha quedado olvidado y sin identificación en ese paseo, es el retoño del Pino de San Lorenzo, traído junto al de la plaza “San Martín” y plantado en un acto realizado el 25 de mayo de 1950, presidido por el intendente municipal Ernesto Mario Airaldi. Se trata del ejemplar ubicado inmediatamente al frente de la escalinata central sobre calle 9 de Julio.

El paseo tuvo algunas modificaciones en su imagen. En 1957 se construyeron las pérgolas sobre las ramblas; en 1972 se modificó el diseño de los canteros, cubriendo los mismos con césped, los caminos interiores se cubrieron con granza y polvo de tejas, se revistieron taludes existentes en los frentes de calles 9 de Julio y Moreno con piedras de la zona. En 1978 se terminó la nueva vereda sobre calle 9 de Julio y se comenzó la de calle 3 de Febrero.

Durante 1980 se acordó por Decreto el permiso para que ocupara el local de propiedad municipal en la plaza al señor Norberto Raúl Geuna con destino a Kiosco, el que sigue actualmente con las mejoras realizadas a través de estos años.

En 1989 se inauguró la remodelación de las veredas, confeccionadas con lajas hexagonales y construidas en el Corralón Municipal en número de 3.500 unidades.

A partir de 1997 se llevó a cabo la primer etapa de reestructuración de la plaza por parte de la Dirección de Obras Públicas, consistente en el arreglo del centro de la plaza, por lo se quitó el antiguo monolito allí ubicado, colocándose adoquines y se arreglaron las veredas diagonales.

Se continuaron trabajos de remodelación desde 2001 hasta el presente a cargo de la Dirección de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad. Las mismas se llevan adelante con personal de la misma y consisten en el cambio de las baldosas por losetas fabricadas en el corralón municipal, en todo el perímetro y las diagonales de la plaza, además se acondicionaron las escalinatas, tanto en calle 9 de Julio como en cortada Buenos Aires, cambiándose en este momento los adoquines del centro de la plaza. La segunda etapa se inauguró el 19 de octubre de 2003, incluyendo la fuente ornamental de la plaza.

Entre las obras de arte que la rodean, el más antiguo es el busto del general Urquiza y que llamativamente ha realizado un paseo por distintos puntos del lugar. En su momento la idea fue la de disponer de un busto del prócer que estuviera más cercano al centro, ya que el colocado al borde de la barranca en 1943 por la Liga Patriótica de Damas quedaba a trasmano para los actos cívicos (¿?). Inicialmente se pensó en inaugurarlo el 3 de febrero de 1950, pero la fecha finalmente fue el 9 de julio de 1951 en la esquina de Pedro Serrano y Cortada Janssen. En 1967 se lo trasladó al centro de la plaza "9 de Julio" para luego en noviembre de 1995 disponerse su emplazamiento en el cantero de Cortada Buenos Aires y Pedro Serrano. Tiene en su base una placa de bronce, con la leyenda: “La Municipalidad y el Pueblo de Diamante en homenaje al Cap. Gral. Don Justo J. de Urquiza - Gestor de la Organización Nacional - Vencedor de Caseros - Ilustre gobernante entrerriano - Diamante - 9 de Julio de 1951”.

Posteriormente se dispuso el emplazamiento de un busto del general Belgrano en la intersección de Moreno y 9 de Julio; en 1960 el de Mariano Moreno en Buenos Aires y 9 de Julio, y, últimamente el 12 de octubre de 2002, la escultura referida a la presencia aborigen en nuestra tierra “Hijos del barro”, obra de las artistas locales Mirna Mariela Cepeda y Carina Fabiana Vera.
Y por último mencionaré el pedestal y placa alegórica dedicada al Dr. Roque Sáenz Peña, nombre con que se designó al Parque Escolar en 1937 y que quedó adornando la esquina de Pedro Serrano y Buenos Aires. La placa tiene el texto: “Al ilustre Presidente Doctor Roque Sáenz Peña - que accediendo patrióticamente a los requerimientos de comicios honorables y garantidos, rubricó el capítulo dignísimo de la historia institucional Argentina, que confiere al Pueblo el pleno ejercicio de su soberanía. La Ley Electoral de la Nación. 9-7-937 - El Pueblo de Diamante”. La fecha grabada es del momento en que iba a inaugurar, cuestión que no ocurrió. Luego por dos veces durante 1938 se programó el acto y fue nuevamente prorrogado, no encontrando hasta ahora el antecedente que finalmente se halla llevado a cabo.

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