Humberto Brumatti me cuenta también que
cuando estuvo como funcionario del Correo, se alojó en el sector del edificio de correos destinado al jefe, y
como aún estaba fresca la inundación de un año largo antes, los vecinos
conocedores me decían, que cuando llovía mucho, mientras sintiera el ruido del
arroyo no me preocupara, pero cuando dejara de sonar, que subiera
inmediatamente al terraplén del camino...
He aquí la crónica de esa terrible inundación
Paraná, Domingo 30 de marzo de 1975 .-
Como informáramos en nuestra edición
de ayer las intensas lluvias registradas en la zona provocaron la crecida de
los arroyos que zigzaguean en casi todo el territorio de la provincia; crecidas
cuya magnitud causó el derrumbe de terraplenes y puentes, entre estos últimos,
el de Molino Doll situado en el kilómetro 71 de la ruta provincial N° 11.
EL DIA estuvo en el lugar y esta es
la Crónica.
La
autoridad. Julio Primo Maggioni, oficial principal de la policía de Entre
Ríos, y encargado de la comisaría Las Cuevas está en el Doll desde la mañana
del día viernes. -Eran aproximadamente las 13,45 cuando la masa de agua se llevó el
puente. Llegó hasta los hilos telefónicos, y arrastró resaca de los campos
vecinos, especialmente rastrojos de maíz. Todo eso tapó las barandas del puente
el agua hizo más fuerza todavía. Así fue como, a la hora que le digo, se sintió
un estrépito y según los vecinos que estaban mirando, se vio como un pedazo del
puente se levantaba en el aire para caer levantando espuma y una impresionante
ola. Después, el agua comenzó a bajar lentamente. Desde que estoy aquí,
no recuerdo un desastre igual...A poco menos de cien metros del arroyo, está
situada la planta enfriadora de leche de la firma Nestlé, donde se reciben
diariamente unos 21 mil litros de leche, que una vez enfriados, son cargados en
los camiones tanques que la transportan a Nogoyá. En la hora pico de la
creciente, el agua llegó hasta la planta inundando las instalaciones y llegando
hasta el porch de la casa de familia, donde se habían refugiado algunas
familias vecinas que debieron abandonar sus hogares ante el aluvión.
Luis Enrique Pellicero, encargado de
la planta, nos habló de la situación que se le presentaba ante la interrupción
del tránsito por la ruta. Nuestro problema consiste en que no tenemos capacidad
para almacenar más de 40 mil litros de leche, que viene a ser la entrega de dos
días, más o menos. Ya con la entrega de hoy, no sabemos qué hacer, puesto que
los camiones tanques que vienen de Nogoyá no pueden pasar. Así que, lo más
seguro es que tengamos que recibir la leche y tirarla, o bien no recibírsela a
los tamberos.
Helicóptero A todo
esto, el helicóptero de la provincia iba y venía trasladando gente de una
orilla a la otra , ya que resultaba absolutamente imposible cruzar el arroyo.
En el diquecito que está a un costado del puente roto, y que constituía una
atracción turística se había cortado también el paso, y el agua caía en
cataratas levantando espuma y un tenue vapor. En uno de los viajes, pudimos
cruzar hasta la otra orilla, donde vive la mayor parte de los damnificados.
A
salvo. Ana Viuda de Leiva
vive a un costado de la ruta, al pie del terraplén, a unos 70 metros del arroyo. -A
las 13 empezó de golpe a subir el agua. No pensé que sería para tanto, pero después
vimos que la Crecida pasaba por encima del terraplén, y el arroyo desbordaba.
Yo alcancé a cruzar el puente y me fui hasta la Nestlé, y a los pocos minutos
se rompió. Dos de mis hijos se habían quedado en la casa, y el agua los tapó.
Tuvieron que salir nadando, y se pusieron a salvo en la ruta. En la casa
quedaron las paredes y el techo. Adentro ya no sirve nada, no puedo quedarme a
vivir. La ropa, los colchones, las camas, todo el barro. Muchas cosas se fueron
con el agua... .
Autos. A1 otro
lado de la ruta, también junto al arroyo, está el Bar y comedor de Edmundo Ramírez, quien además tiene en
los fondos un taller mecánico. -Estaba con dos turistas que pasaban el día
aquí, cuando nos agarró la crecida. Primero nos fuimos al primer piso, pero nos
alcanzó el agua y tuvimos que refugiarnos en una piecita del segundo piso. Allí
estuvimos hasta las nueve de la noche, cuando recién pudimos salir. A todo
esto, la correntada me llevó un automóvil Renault 4L y otro Ford antiguo; que
estaba reparando. El Ford quedó abajo en la playa, pero del 4L no tengo
noticias.
Cerrado. El almacén de
Santiago Wolf, a l00 metros del arroyo, también quedó arrasado. Estanterías por
el suelo, masitas, cigarrillos, fideos, todo inutilizado. -Un mostrador
apareció al otro lado de la ruta, en el patio de la viuda de Leiva, y la puerta
quedó semidestrozada. Lo único que sirve todavía es lo envasado. Ni hablar de
la ropa, los muebles, todo. En el 61 hubo una creciente, pero llegó hasta el
puente nomás. Nunca una cosa como ésta...
Tractor. En tanto, Alcides Wolf, 20 años, iba de un lado a
otro mirando como quien ha perdido algo. Le preguntamos qué.. -Se me perdió un
tractor Deutz 65. Mi hermano
se iba a Paraná y lo dejó estacionado frente al almacén. Lo llevó la correntada
y no lo encuentro por ningún lado... Y siguió buscando. En medio del campo
había una heladera, y a un costado del arroyo, unos 200 metros más adelante,
había un capot de automóvil Fiat y una caja de cambios. Un cajón vacío de Coca
Cola estaba en lo alto de un árbol, y en los hilos telefónicos, flameaban
rastrojos de maíz para que nadie dijera que era cuento lo de que las aguas
suben turbias.
Fuente:
Diario El Día - Paraná - Edición
del domingo 30 de marzo de 1975
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