1902 - UN CICLÓN ASOLÓ
DIAMANTE
En la madrugada, a la una y media de la mañana, un terrible
y devastador ciclón se abatió sobre el pueblo, que no duró más de cuatro o
cinco segundos en dos rachas extraordinarias, continuando luego el viento huracanado
por espacio de treinta minutos.
Los más perjudicados fueron los habitantes de los barrios
más humildes, quedando un saldo de diez heridos de gravedad, quienes fueron
trasladados al hospital de Paraná, falleciendo uno de ellos, Neiro Loza.
Se destacaron entre otros, el doctor Cuesta Salamanca y
algunos vecinos, que prestaron su concurso eficaz con peligro de sus vidas,
cuando todavía volaban las chapas de zinc, maderas y ladrillos y trataban de
ayudar al que necesitaba, el intendente José Diego Pujato y el jefe de policía
Pedro Salduna. El Honorable Concejo Deliberante realizó una sesión
extraordinaria a las ocho de la mañana, con la presidencia de Lucilo Unanue a
efectos de tomar medidas. Se organizó una comisión que se encargó de recorrer
los diferentes cuarteles en que estaba dividida la ciudad y dieran vales en
órdenes para alimentos, vestidos, etc., colaborando desde la Parroquia las
Hijas de María, llegando inclusive a realizar la confección de vestuario para
su distribución.
Entre los cuantiosos daños, se produjo la voladura del techo
de la propiedad de Antonio Hernández, frente a la plaza “Independencia” (actual
San Martín), donde funcionaba la Escuela de Primeras Letras de las Hermanas de
la Congregación del Espíritu Santo, lo que motivó que debieran abandonarla y
conseguir otra sede hasta que pudieran ocupar la parte terminada del actual
Colegio.
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