Un trabajo de Ricardo César Brumatti
Este 27 de febrero se festejó otro
aniversario de la fundación de Diamante, tema por el que desde hace varios años
vengo publicando artículos que muestran como fue ese momento, donde estuvo
emplazado el primer caserío del pueblo,
detalles del tratamiento de la Ley de fundación, etc.
En esta oportunidad y como para agregar otro tema relacionado y creo no muy divulgado, es lo que pasó en 1936 al pretenderse festejarse el centenario de tan importante fecha para la ciudad.
Para ver en el marco que se vivía desde un tiempo antes, un tema que marcó la época fue la gran crisis del ’30, que repercutió en nuestro medio y que duró bastante.
Al tratarse el presupuesto municipal en julio de 1932, la comisión encargada de redactarlo fundamentó “que visto la afligente situación mundial los sueldos han sido rebajados para evitar así mayores cesantías dentro del personal y evitar con ello la desocupación que con carácter marcadamente visible trastorna el ritmo habitual de las actividades de la población. Sólo el sueldo del Presidente de la Comisión Municipal no ha sido tocado, respetando preceptos constitucionales que se han respetado".
Desde el punto de vista cultural, un dato a tener en cuenta para la época, es que no había una gran conciencia sobre el estudio de la historia local, debido a varios factores, que comenzaron a intentar ser revertidos. Quien trabajó inicialmente en esa dirección, fue la Liga Patriótica de Damas de Diamante, viendo que se acercaba el centenario, allá por 1931 ya trataban en sus reuniones sobre las gestiones acerca de la fundación de Diamante, y en esa tarea dejaban expresadas en sus actas, la localización y copias de las leyes con motivo esa fundación, que durante tiempo no aparecían y hasta se pensaba que se habían perdido, confirmando al estudiarlas que San Francisco Javier era el santo fundador y el patrono elegido de nuestra ciudad, como lo afirmaba la tradición, pues constaba en los decretos promulgados por las autoridades de aquella época. Además quedó plasmado en un acta, que una imagen de éste, gracias a los trabajos realizados por la presidente Nicandra Melo, estaba en poder de la Liga Patriótica en las condiciones que fuera entregado por los padres del Verbo Divino, quienes a su vez lo recibieron de una señora estando ésta en artículo demente.
El 1° de enero de 1934, nombrado por el gobernador doctor Luis Etchevehere, asumió la intendencia el profesor Mateo Jofré con la secretaría a cargo de Enrique B. Olivero.
En esta gestión, avizorando que se acercaba el Centenario de la fundación, entre otras medidas se decidió en septiembre de ese año desde el Concejo, autorizar al D. E. a invertir hasta la suma de $ 3.000.- para la grabación y colocación de una placa recordatoria en el Palacio Municipal sobre el frente de calle Rivadavia (actual Eva Perón) y la publicación de 100 ejemplares de un libro sobre el Centenario de Diamante. Se agregaba en un segundo artículo, que se fijaba la suma de $ 5.000.- como la contribución de la Municipalidad a los festejos aludidos.
En julio de 1935 asumió la presidencia Municipal don Domingo Dasso, expresando al inaugurar el período de Sesiones Ordinarias del H.C.D. una frase que complicaba muchas de los proyectos que se pensaban: “Antes de entrar en materia, debo dejar constancia de que en el curso de la exposición, he de hacer mención casi exclusivamente a la obra realizada durante los seis últimos meses del año 1935, no porque esté en mi ánimo el deseo de silenciar la obra de los que me precedieron en el gobierno de la Municipalidad, sino porque la falta de organización adecuada de las distintas oficinas, hace poco menos que imposible la obtención de datos fidedignos, únicos a mi criterio, dignos de emplearse en la confección de una memoria”.
Desde otros ámbitos se preparaban para sumarse a la festividad: en noviembre de 1935 la Liga Patriótica Argentina de Damas a través de Nicandra Melo exponía detalles a tener en cuenta para la fecha que se aproximaba para celebrarse el centenario de la fundación de Diamante, debe hacerse conocer los nombres de aquellos que se destacaron, y proponía cambiarle el nombre de calles con nombre de provincias por la de:
1º. Don Pascual Echagüe, quien pidió a la Legislatura que en el lugar denominado Punta Gorda se fundara un pueblo al que debía llamarse Diamante para que un día brille también en la historia de los pueblos.
2º. Mayor Luis Hernández, que promovió la delineación de calles y construcción de casas.
3º. Don Pedro Albornoz, que equipó 50 hombres con 100 caballos de tiro, sus ropas y alforjas para la cruzada a Caseros.
4º. Coronel Bernardino Ramírez, declarado benemérito por el Gobierno Nacional, fue el primer comandante de esta ciudad y quien gestionó la ampliación departamental como se encuentra en la actualidad.
5º. Soldados de Caseros.
Además le enviaron con el membrete de Comisión Pro - Primer Centenario de la Fundación de la ciudad de Diamante, una carta a las distintas instituciones locales, firmada por Isabel Jeannesson y Nicandra Melo, algunos eran Ernestina Enrique por la Sociedad de Beneficencia dando mandato a José F. Ostriz, Darío Sampietro por la Sociedad Italiana de SSMM nombrando a Fernando Gastaldi, el presidente de la Federación Diamantina de Foot-Ball Rubén Solari, Benjamín Alonso por la Sociedad Española de SSMM, Por la Acción Católica el presidente Humberto De Monte, Paz Carrera por el Círculo Diamantino (contesta 3 de junio), Juan B. Pujato renuncia a la comisión el 15 de agosto por ausentarse de la localidad.
No estaba ausente una institución presente en la vida comunitaria, como lo era el Regimiento 3 de Artillería, cuando también en ese momento, el entonces Jefe del Regimiento A/3, Tcnl. Alberto Guglielmone, le hizo saber a Dasso, que de acuerdo a lo manifestado por el Inspector General del Ejército Gral. Br. Camilo Idoate, cumpliendo una promesa realizada en ocasión de su visita a Diamante un tiempo antes, había comunicado la donación de un mástil de bandera por parte del Regimiento local para ser ubicado en plaza "9 de Julio", como contribución al Centenario que se aproximaba y en el deseo “que esta ciudad, cuna de destacados varones entrerrianos y escenario de acontecimientos de gran trascendencia histórica, tuviera al igual que otras localidades argentinas, su monumento a la Bandera”.
Aparece un factor que incidiría en nuestra Ciudad, como un elemento de notable progreso para la época: la pavimentación de sus calles. La Municipalidad agobiada por las necesidades de fondos para cubrir los compromisos con la empresa y su obra, no tuvo posibilidades de afrontar otros gastos. Todo era para cumplir con ella y llevarla adelante.
Lamentablemente surgieron una serie de inconvenientes de todo tipo. El tan esperado Centenario no se celebró en tiempo y en forma, motivando críticas y discordias en distintos sectores de la población, incluso en mayo se dejó si efecto una Ordenanza que databa de dos años antes, que autorizaba al D. E. a invertir hasta la suma de $ 3.000 para la grabación y colocación de una placa recordatoria en el Palacio Municipal, sobre el frente de la ex calle Rivadavia (actual Eva Perón) y la publicación de 100 ejemplares de un libro sobre el Centenario (El de Leodo Yasú, que finalmente lo imprimió por su cuenta en Santa Fe, no dejando de incluir un párrafo crítico referido al tema en sus Palabras del Autor). Ese párrafo expresaba: “Cuando me propuse escribir estos apuntes, lo hice bajo el impulso de que se aproximaba el Centenario de la fundación de Diamante, y que, en esa forma, podría aportar mi modesto homenaje a los festejos que sin duda se llevarían a cabo ante tan magno acontecimiento.
Pero como la fecha ha pasado y ha transcurrido ya un tiempo prudente como para poder pensar que este hecho histórico, que en otro momento importó, no solo la erección oficial de un pueblo más dentro del territorio entrerriano, sino también un cambio político y administrativo de trascendencia para la Provincia, no ha tenido la virtud de sacudir la modorra de los hombres en quienes pesaba la responsabilidad de gobernar con patriotismo, he resuelto de una vez entregar a la publicidad este ensayo, a fin de no quedar comprendido en el marco general de pasividad e indiferencia”
También el mástil de la plaza “9 de Julio” se demoró en su construcción a causa de estos hechos, Idoate continuaba en la idea de inaugurarlo al mástil pese a todo en una fecha propicia. En agosto informó desde Buenos Aires que donaba además una bandera de 6x4 m. para ser izada cuando llegara ese momento (finalmente fue el 25 de mayo de 1937, al conmemorarse el 127º Aniversario de la Revolución de Mayo)
El 27 de mayo de 1936 por Ordenanza, se dejó sin efecto la de fecha 8 de setiembre de 1934, por la que se autoriza al D. E. a invertir hasta la suma de $ 3.000.- para la grabación y colocación de una placa recordatoria en el Palacio Municipal sobre el frente de calle Rivadavia y la publicación de 100 ejemplares de un libro sobre el Centenario de Diamante. En el Artículo 2º se fija la suma de $ 5.000.- la contribución de esta Municipalidad a los festejos del Centenario de la fundación de la Ciudad.
En agosto, el
trisemanario Crónica, en
su número 271 publicó con el título: “¿Cuándo se conmemora nuestro 1º
Centenario?
Una
opinión muy autorizada en la época, fue del Cura Párroco P. Pablo Strattman a
Crónica: “Fiesta postergada, fiesta fracasada”, así le dijo en medio de una
conversación al director Zaragoza, por entender que acontecimientos tan
significativos de la historia, no deben ser objetos de sucesivas postergaciones
y que no obstante los inconvenientes con los cuales siempre es dado tropezar en
estos casos, él cree que algo debe hacerse dentro de los medios propios con que
se cuenten a fin de no dejar transcurrir el año de nuestro centenario sin
conmemorarlo, en lo posible hacerlo coincidir con el pasaje de Urquiza por
Punta Gorda, y no que piensan en el 25 de Mayo por venir el año que viene.
Fin
de la historia: no hubo festejos por el Centenario de la Fundación de Diamante